La educación superior latinoamericana en el inicio del nuevo siglo. Situación, principales problemas y perspectivas futuras
DOI:
https://doi.org/10.5944/reec.27.2016.15044Palabras clave:
Educación Superior, América Latina, Democratización, Gestión, Evaluación de la Calidad EducativaResumen
Superados los efectos iniciales de las graves crisis económicas del inicio del presente siglo que afectaron la región, varios países de América Latina desarrollaron políticas educativas tendientes a fomentar la inclusión plena en la educación que garantice el derecho a la educación para toda la ciudadanía -fundamentalmente para los sectores más desfavorecidos, tradicionalmente excluidos- buscando incrementar la cobertura, mejorar los indicadores de eficacia y eficiencia educativa y promover mayores niveles de graduación, atacando los significativos niveles de desigualdad. La Educación Superior, en particular la Universidad, fue el nivel educativo en que esta orientación de las políticas democratizadoras tuvo mayor incidencia y foco, probablemente debido a su alta desigualdad en el acceso –aun considerando la masificación verificada en las últimas décadas del milenio pasado-, la fuerte segmentación y fragmentación institucional y su heterogénea calidad. Los resultados de la evolución permiten demostrar una significativa democratización de los sistemas de educación superior de América Latina en la última década, avanzando en la dirección de los objetivos mencionados. También se aprecia una mejora relativa superior en los sectores con menor capital educativo en comparación con los de aquellos que poseen una mayor tradición de acceso a los servicios educativos. Sin embargo, estos avances -conseguidos sobre la base de un mejoramiento general de los indicadores socioeconómicos- no logran torcer todavía, de manera estructural, los niveles de desigualdad que se expresan a nivel universitario. El trabajo presenta también la situación regional respecto de las principales problemáticas que la gestión universitaria debe atender y el modelo de aseguramiento de la calidad vigentes para evaluar las carreras e instituciones de educación superior. En este último sentido, la educación superior latinoamericana –sin embargo- manifiesta una fuerte heterogeneidad y dificultades para dar cuenta de las nuevas exigencias a las que está sometido, que también ponen en cuestión los avances alcanzados.