De pintor a noble caballero : los cambios de la imagen de Velázquez en las Vidas de Pacheco a Palomino
DOI:
https://doi.org/10.5944/etfvii.20-21.2007.1473Keywords:
Velázquez, Pacheco, Díaz del Valle, Martínez, Palomino, imagen de artista, literatura de vidas, teoría de arte, image of artist, lives of artists, art theory,Abstract
En la creación de las «imágenes» de Velázquez por los tratadistas Pacheco, Díaz del Valle, Martínez y Palomino asistimos a unos grandes cambios, debidos a los diferentes objetivos marcados por los escritos. Pacheco (1638) lo presenta como «grande retratador» al lado de los grandes maestros Ticiano y Rubens y como «Apeles español», apoyando sus esfuerzos por obtener mayores premios y honores. Con el propósito de avalar sus pretensiones de ingresar en la Orden de Santiago, su amigo y colega Díaz del Valle (1659) amplía esta imagen a la de un Velázquez «caballero», «pintor y arquitecto» y «divino artista». No menos remarcable es la imagen de «gran pintor» creada por Jusepe Martínez (1673) unos diez años más tarde, queriendo así encarar el menosprecio general de que era objeto la pintura española dentro y fuera de las fronteras. En esa gran escala de imágenes, Palomino enfatiza la imagen del pintor como «noble caballero». Velázquez será el único artista en su Parnaso español pintoresco laureado (1724) del que el tratadista oculte su condición de pintor y le convierta en el paradigma del cambio del estatus de la pintura, que pasa de mero «oficio» a «arte liberal y noble».
In the «images» of Velázquez created by the art theorists Pacheco, Díaz del Valle, Martínez and Palomino we can emphasize some great changes depending on the aims of each one. Pacheco (1638) is presenting the artist as «grande retratador» («great portraitist») next to Tizian and Rubens and as «Apeles español», pointing out his efforts to obtain some day more awards and honours. Supporting the ambicious bids for being awarded with the Order of the Knights of Santiago, his friend and colleague Díaz del Valle (approx. 1659) amplifies this image to one of Velázquez «caballero» («knight»), «pintor y arquitecto« («painter and arquitect») and «divino artista» («divine artist»). Not less remarkable is the image of Velázquez «gran pintor» («great painter») created by Jusepe Martínez (about 1673) a decade later, in the context to counter act the under estimation of the spanish painting not only abroad but also in Spain. To this big scale of images Palomino is adding a new accent, emphasizing the image of the artist as «noble caballero» («noble knight»). Velázquez is the only artist in the Parnaso español pintoresco laureado (1724) whose profession of «pintor» is to some extent hidden. For the theorist the fortunate career of Velázquez at the court of Philip IV from «pintor» to «noble caballero» marks a paradigma of the change of the state of painting from an «oficio» («handcraft») to an «arte liberal y noble» («noble and liberal profession»).