Islam, mujer y educación: conflictos argelinos versus estabilidad marroquí.
Resumen
El Islam ha forjado un tipo de sociedad estable, organizada desde la fe, donde todos los aspectos de la vida se encuentran minuciosamente regulados desde la palabra revelada por Ala. Así, existe un lazo evidente entre la fe y la educación (cuyo nexo de unión es el Corán -principal instrumento pedagógico-), que le otorga a esta un claro carácter dogmático. Asimismo, el peso que tiene la religión musulmana en los países islámicos dificulta el desarrollo de sistemas educativos secularizados, tal y como lo entendemos en Occidente. La llegada del Islam mejoro la situación de la mujer respecto a épocas anteriores, si bien esta religión prevé que hombres y mujeres tengan funciones y tareas diferentes que realizar en este mundo. Esta división de actividades evidencia el reconocimiento de la supremacía del hombre sobre la mujer o, cuando menos, alheñita la separación entre el mundo femenino (el hogar familiar) y el mundo masculino (los asuntos públicos). Las implicaciones educativas de esta división de tareas y espacios son obvias: una educación diferenciada en función del sexo. No obstante, la consideración que la sociedad tiene de la mujer varia apreciablemente de unos países islamicos a otros. Y, en consecuencia, difieren igualmente las maneras que las mujeres tienen de enfrentarse en cada uno de los países al diferente trato que en ellos se les confiere. Un ejemplo ilustrativo y contrapuesto de como se configura la relación entre la sociedad y el colectivo femenino, atendiendo sobre todo a las variantes socioeducativas de la misma, es el que constituyen la Republica Democratica y Popular de Argelia y el Reino Alauita de Marruecos.