Transgresión y resistencia al mandato pronatalista desde la colectividad virtual

Resumen

Las personas que deciden no tener descendencia enfrentan una serie de estereotipos y estigmatización, que afecta especialmente a las mujeres, por la relación construida entre femineidad y maternidad en sociedades pronatalistas. En este artículo se recuperan formas colectivas de resistir al pronatalismo y familismo, que fueron captadas mediante una etnografía digital feminista sustentada en la teoría del punto de vista. Desde este marco metodológico se desarrolló una observación participante por 5 meses en dos grupos childfree en Facebook en los cuales se registraron y analizaron 202 posts. Uno de los grupos es cerrado y oculto, el otro privado y visible, por lo cual la información del feed es dirigida a sus integrantes, y no es compartida con el fin de incidir o afectar a terceros. Los hallazgos permiten afirmar que las personas participantes de estos grupos han encontrado en las interacciones virtuales un espacio para rechazar los mandatos reproductivos, al cuestionar las recompensas biográficas a futuro por la procreación, al resaltar las exigencias y desventajas de tener prole, y señalar parentalidades que son asumidas de forma irreflexiva y sin condiciones con la consecuente afectación que esto produce en los niños y niñas. En los grupos se rechaza la glorificación de la maternidad, se muestran formas de crianza y maternaje que se consideran negativas y se enfatizan las implicaciones de la maternidad en el trayecto de vida, a su vez que se presenta una distancia marcada con la idealización de la infancia. Todo esto se relaciona con una construcción identitaria transgresora, donde colectivamente se rebaten los argumentos de los antagonistas, y se acoge aquello que fuera de los grupos es tachado como incorrecto. Si bien no se puede afirmar que existe una identidad homogénea, sí es posible demarcar tendencias en el discurso. Lo novedoso de estos resultados radica en mostrar la importancia de la interacción en esta red social, dado que las y los participantes se apoyan mutualmente al mostrar los puntos débiles del pronatalismo, a su vez que construyen una identidad disidente, en un entorno que es hostil a la decisión de no procrear.

Individuals who choose not to have children often face stereotypes and stigmatisation, particularly women, due to the societal link between femininity and motherhood. This article draws on a feminist digital ethnography grounded in Standpoint theory to explore collective forms of resistance to pronatalism and familism. Participant observation was conducted over five months in two childfree Facebook groups, during which 202 posts were collected and analysed. One group is closed and hidden, and the other is private and visible, meaning that the content shared within them is intended solely for their members and is not shared to influence or affect third parties. The findings indicate that participants in these groups have used virtual interactions to challenge reproductive mandates by questioning the presumed future benefits of procreation, highlighting the burdens and drawbacks of having children, and pointing out that parenthood is often assumed without much thought or consideration of the impact on children. The groups reject the glorification of motherhood and instead present negative forms of upbringing, maternal figures, and experiences. They emphasize the implications of motherhood in one's life trajectory while also distancing themselves from the idealization of childhood. This is related to a transgressive construction of identity, wherein the arguments of opponents are collectively challenged, and perspectives deemed unacceptable outside these groups are embraced. While it cannot be asserted that a homogeneous identity exists among participants, it is possible to discern patterns in the discourse produced. The significance of these findings lies in the demonstration of the role of interaction within this social network, as participants mutually support one another by exposing the weaknesses of pronatalism, while simultaneously constructing a transgressive identity in an environment that remains hostile to the decision not to procreate.