Las torres del litoral en el reinado de Felipe II : una arquitectura para la defensa del territorio (II)

Autores/as

  • Alicia Cámara Muñoz

DOI:

https://doi.org/10.5944/etfvii.4.1991.2175

Resumen

Fue a mediados del siglo XVI cuando la frecuencia de ataques a las costas de este reino hicieron necesario que la monarquía se preocupara de hallar el modo de defenderlas. En 1554 Carlos I ordenó al corregidor Ñuño del Águila hacer un informe acerca de los mejores sitios para la construcción de las torres. Al año siguiente se aprobó la construcción de una torre en el cabo de Palos y otra en el Estacio, ambas en la zona del Mar Menor. Esa zona siempre fue muy vulnerable debido a que —según cuenta fray Gerónimo Hurtado— al haber agua dulce en la Manga, allí «se proveen muchos navios, especial de los enemigos que no pueden llegar a hacer aguadas en las fuentes y ríos de nuestra costa... suelen los enemigos varar barcos por esta manga de tierra y hacer presa en la gente del campo y en pastores y otros que se van a recrear allí». En la zona de la Manga el concejo de Murcia había levantado, a partir de 1526, la torre de la Encañizada, que fue reparada tanto en 1564 como en 1578.

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Publicado

1991-01-01

Cómo citar

Cámara Muñoz, A. (1991). Las torres del litoral en el reinado de Felipe II : una arquitectura para la defensa del territorio (II). Espacio Tiempo y Forma. Serie VII, Historia del Arte, (4). https://doi.org/10.5944/etfvii.4.1991.2175

Número

Sección

MISCELÁNEA