El II Concilio de Zaragoza (592) y las últimas repercusiones de la crisis arriana en la Hispania visigoda

Autores/as

  • Federico Mario Beltrán Torreira

DOI:

https://doi.org/10.5944/etfiii.3.1990.3513

Resumen

La celebración del III Concilio de Toledo —cuyo MCD aniversario acabamos de conmemorar— significó, por encima incluso del solemne refrendo a la previa conversión visigoda, el fin del tradicional distanciamiento entre las autoridades bárbaras y el clero hispano-romano. Un distanciamiento convertido en abierta hostilidad durante el reinado de Leovigildo a causa de su política religiosa, y de la actitud favorable al rebelde Hermenegildo (y en suma a Bizancio), de buena parte del episcopado católico. En ese sentido, el clima de «unanimidad y paz» que el reinado de Recaredo vino a inaugurar, y cuya mejor expresión es el propio III Concilio toledano, se caracterizarla por una progresiva integración de la Iglesia en el aparato de la nueva monarquía. Hasta el punto de alcanzarse una práctica simbiosis, ideológica como real, entre ambos poderes, que sólo la invasión musulmana pudo truncar.

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Publicado

1990-01-01

Cómo citar

Beltrán Torreira, F. M. (1990). El II Concilio de Zaragoza (592) y las últimas repercusiones de la crisis arriana en la Hispania visigoda. Espacio Tiempo y Forma. Serie III, Historia Medieval, (3). https://doi.org/10.5944/etfiii.3.1990.3513

Número

Sección

Artículos