El exilio español y la imagen de España en México
DOI:
https://doi.org/10.5944/hdp.2.2003.41213Resumen
La preocupación por la imagen de España constituyó un eje importante de la política exterior de la Segunda República hacia América latina. Este artículo analiza cómo el exilio que llegó a México en 1939 se empeñó en la mejora sustancial de esa imagen, con un doble objetivo: el de mantener una línea de continuidad con la política de aquella, pero también como maniobra adaptativa a un medio, por diversos motivos, difícil. Conceptos como el de "transtierro" se ecplican muy bien en ese contexto. No obstante, los resultados fueron contradictorios.
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DEL PANDO, Concha, "México-España: las relaciones económicas de dos países periféricos, 1931-36", Murcia, Areas, n°. 7, 1986, p. 72.
"Las Relaciones con España; República y guerra civil", El Nacional, 28-3-1977, p. 7.
Se había intentado durante el gobierno de Alfonso XIII, siendo presidente de México Venustiano Carranza, sin que se hubiese llegado a un acuerdo. El motivo de disputa seguían siendo las reclamaciones por los daños sufridos por los españoles durante la Revolución. El 25 de noviembre de 1925 se firma la convención que creaba una comisión mixta de reclamaciones entre los dos países. Esa comisión prolongará sus trabajos varios años.' En el primer momento se establecen tres años y medio de funcionamiento. En 1930 se prorroga su vigencia por 18 meses. Una vez proclamada la República, con Alvarez del Vayo ya como embajador, se da un ultimo plazo a la comisión para realizar sus trabajos hasta 6 de enero de 1933. Estos fueron lentos, puesto que se presentaron 1232 reclamaciones y cada una de ellas debía ser analizada pormenorizadamente. El monto delas mismas era en 1930 de 182.951.166 pesos mexicanos. Tras el último plazo las dos Repúblicas llegaron aun acuerdo por el que España aceptaba reducir el monto reclamado hasta 4.500.000 pesos mexicanos."Reclamaciones entre España y México, Funcionamiento de la Comisión Interministerial. Informe sobre susactividades y razones de la demora de su funcionamiento", Archivo de la SRE de México, 33-18-80, Exp.VI.46/242 (46:72) (04)/30.
La Ley del Trabajo de 1931 limitaba a un 10% el número de trabajadores extranjeros en las empresas mexicanas. Las autoridades decidieron, gracias a la intermediación de Alvarez del Vayo y Calles, hacer excepciones en el caso español.
En 1933 Álvarez del Vayo dejó su cargo. Lerroux nombra embajador a Domingo Bamés Salinas, quien permanece un año en el cargo hasta dimitir en octubre de 1934 como protesta por los sucesos de Asturias. Lesustituyen primero Emiliano Iglesias quien, nombrado en marzo de 1935, no llega a México hasta septiembre y en diciembre abandona el cargo, y en abril de 1936 Gordón Ordás
Queda como reflejo del estado en que se encontraban las relaciones entre España y México en esta etapa las declaraciones del general Abelardo Rodríguez en su informe ante el Congreso mexicano el 1 de septiembre de 1933 con motivo del incidente del Cuatrovientos: "Quiero señalar de manera especialísima la forma calurosa y elocuente con que el pueblo y el gobierno de España correspondieron al esfuerzo de México para hacer menos dolorosa y aflictiva la trágica desaparición de los gloriosos aviadores Barberán y Collar. Verdaderamente lamentable el caso ha permitido sin embargo, exhibir ostensiblemente el poderoso y vibrante vinculo que une a los pueblos y gobernantes de ambas repúblicas", en "Las relaciones con España", El Nacional. 28 de marzo de 1977 p. 7.
La embajada se preocupó especialmente por la interpretación sobre la conquista que se hacía en los frescos de Diego Rivera (considerado pintor oficial PNR) en Cuemavaca, descritas asi por un funcionario del Ministerio de Estado: "representa símbolos de lo español en el soldado que viola mujeres, el hidalgo que con el látigohace trabajar a los indios como esclavos, y al fraile de uñas largas y perfil de ave de rapiña que se apodera vorazmente de diezmos y primicias". Lo peor era que habían sido encargados por el embajador de EEUUDwight Morrow. Otro tema del que se preocupó fue del contenido de los textos escolares de la SEP. Las quejas del embajador Iglesias porque esos libros faltaban a la verdad y promovían un profundo antiespañolismo que responda a un plan intencionado fueron constantes. He aquí ejemplos de los ejercicios de esos textos:” Separa de esta expresiones las que correspondan para formar una lista: a)los españoles fomentaron la embriaguez entre los indios. b)abrieron caminos para facilitar las comunicaciones. c)fomentaron el robo entre los nativos. d)acapararon todas las fuentes de producción. e)los mantuvieron en la mas completa ignorancia,(las respuestas correctas eran la a,c,d.)”. "Los españoles asesinaron en América durante 40 años a 15 millones de indios. Saca el promedio por años".DEL PANDO, Concha, La colonia española en México, 1930-40, Murcia, Universidad, 1994, pp. 56-62.
Ib. p. 62.
Ante una opinión pública poco favorable, Gobernación y la Secretaría de Relaciones Exteriores se comprometen a no admitir más de 10.000 españoles, a la par que se establecía una selección de acuerdo con los siguientes parámetros: nacionalidad española, con lo que se evitaba la llegada de brigadistas; buen estado de salud; origen preferente de las regiones del norte, por su dedicación a las actividades primarias lo que constituía la primera de las condiciones explicitadas. Se intentaba así evitar la competencia con los trabajadores mexicanos situando a los recién llegados en la tierras baldías del país, a la par que se obligaba, como condición última, a que dispusiesen de ingresos suficientes para instalarse. El incumplimiento de esas condiciones hizo que el 20 de septiembre de 1939 se interrumpiesen los embarques; según declaraba lalegación de México en París, por los problemas internos provocados en el país por el incumplimiento de la promesa hecha por el gobierno de la nula competencia entre los trabajadores españoles y mexicanos y de dispersar los contingentes humanos llegados por el agro mexicano.
Para las conversaciones entre Juan Simeón Vidarte y Lázaro Cárdenas, entre el representante de México, Luis Iglesias Rodríguez y el mariscal Petain en 1940, los trabajos de la Comisión Francomexicana y el convenio resultante, es útil el artículo de MALDONADO, Víctor Alfonso "Vías políticas y diplomáticas del exilio", El exilio español en México ¡939-82, México, íi FCE, 1983, pp. 25-53.
MENDOZA, Moisés, "Notas sobre la República española, III", El Nacional, 20-4-1939, p.4.
No cabe duda, después de consultar la prensa de la época, de que lo que ocurría en España tenía una utilidad interna y externa para el régimen mexicano. En lo externo, fue una magnífica campaña de imagen, por la oportunidad que le dio de darse protagonismo y mejorar la imagen externa del México revolucionario, sobre el que pesaba la idea de desorden y anarquía. España le dio la posibilidad de aparecer ante la opinión pública internacional como los defensores de la legitimidad y las causas justas, sobre todo teniendo en cuenta el efecto unifícador que la guerra civil tuvo en la izquierda y el progresismo de la época. En lo interno, el tema español fue el campo de batalla en que el se libró una guerra ideológica entre la izquierda revolucionaria y el sinarquismo. España fue la forma de, sin volver al enfrentamiento civil, expresar la oposición o asentimiento a la forma en la que se estaba institucionalizando el Estado revolucionario; también una maniobra de distracción de los problemas que acuciaban al joven Estado. Indirectamente, mejoró sustancialmente la imagen interna del Régimen, demostrando a los propios mexicanos los logros de la Revolución y permitiéndoles sentirse orgullosos de lo conseguido en una etapa especialmente dura en lo social y económico. Cara a los propios mexicanos el gobierno se mostraba orgulloso de acudir a la solicitud de ayuda, como un hijo fortalecido, de su madre implorante.
URANGA, Emilio, Análisis del ser mexicano, México, Porrúa y Obregón, 1952, p. 49.
Citado por VAZQUEZ, J. Z., Nacionalismo y educación en México, COLMEX, 1975, p. 159.
El pasquín , ampliamente difundido, aparece publicado en el número Extra del diario El Popular, 4-4-1939, p. 4.
Largo Caballero, Carta a los trabajadores, Berlín, 1 de agosto de 1945. Folleto publicado por UGT de Toulouse, 1972, p. 7.
PRIETO, Indalecio, Discursos en América con el pensamiento puesto en España 1939-44, tomo I, Madrid: Fundación Indalecio Prieto, p. 161.
Ib. p. 64.
La Colonia se identificó con la España Imperial, tradicional y católica de Franco. A lo largo de estos años, a través de los boletines de sus centros regionales y, a partir de 1973, desde el periódico España al día, va a congratularse con el éxito económico del franquismo. Asumiendo la existencia de dos Españas pretenden, a través de ese periódico, dar a conocer en México la verdadera: la que crece en la Península muy alejada de los sueños republicanos.
Entrevista a Angel Palerm, Archivo Oral del Exilio, Archivo de la Guerra Civil, PHO/lO/35, p. 65.
MENDOZA, M. Luisa, "La República mexicana y la española", El Sol de Puebla, 3-10-1975, p. 2.
MENDOZA, M. Luisa, “La emigración española", El Sol de México, 19-2-1980, p. 4.
La Hispanidad franquista se identificaba en México con la falangista. ¿Pero, realmente Franco conservaba la idea falangista de Imperio? A decir verdad, no parecía que la idea de Hispanidad franquista fuese mucho más allá de la unidad cultural y espiritual de los refugiados. Por otra parte, la cuestión americana no fue una preocupación básica para Franco. Como en todo, la astucia del Caudillo utilizó la baza hispánica en los años40 para olvidarla después. A través del Instituto de Cultura Hispánica, Franco se atrajo el favor de la Hispanoamérica tradicionalista y católica en los organismos internacionales y su apoyo económico. En los 60abandonó la política hispanoamericana para apostar por el Mercado Común y Europa.
CLIMENT, Juan Bautista, "Sobre el día de la raza", Boletín del Centro Republicano Español, n° 70, septiembre de 1982.
El concepto d: transterrado, nació en los años 50 de la mente de José Gaos y fue adoptado rápidamente por el exilio. Segúi el mismo, el exiliado no se podía sentir extranjero en México, porque compartía con él su cultura y su visón del mundo. Se sentía trasladado en el espacio, no desterrado sino conterrado, en otra tierra que formaba pate de la misma patria; la hispánica. Pero el concepto implicaba más; se basaba en la creencia en que la esenci del hombre eran sus ideas. La esencia del exiliado y de la España verdadera era la libertad.Por ello, no podi sentirse desterrado en un país cuya identidad como nación se configuró en un movimiento de independencia ayas bases fueron claramente liberales. La esencia de la España verdadera, la libertad, estabaen México ya relizada. Por eso no se sentía desterrado sino transterrado en México. Por eso también, no podía volver a una Espfia en la que la libertad estaba exiliada, en la que no se respetaba su esencia como hombre: su libertad. QAOSJosé, "La adaptación del española a la sociedad hispanoamericana", Revista de Occidente, n“38, mayo de 196, p. 177.
Según él, el exiliado no es un conterrado ni un trasladado de tierra. El exiliado no es más que un desterrado. Sólo será México su tierra, tras un duro proceso por el que llegará a compartir sus esperaeas y sufrimientos con los mexicanos, pero no como un don que se adquiere de forma inmediata a su llegada pr el simple hecho de ser hispano. Por el contrario, aunque se integre totalmente, su existencia "nunca dejará de estar en vilo": Del exilio en México: Recuerdos y Reflexiones, México, Grijalbo, 1990, p. 84.
GOMEZ MIGUEL, Raúl, "Don Eduardo Nicol", Revista de revistas, México y la diáspor española III, 23- 6-1989, p. 35.
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Entrevista a Manuel Andújar, Archivo Guerra Civil, Archivo Oral del Exilio, PHO/ 10/Esp., p. 85.
LÓPEZ NARVÁEZ, Froylán M., "Nueva relación con España", Proceso. 10-10-1977, p. 33.
URANGA, Emilio, "Nostalgia de México", Novedades, 31-3-1977, p.4.
Colaborador habitual de El Nacional que, como muchos de su generación, estudió en la Universidad Central de Madrid durante la República, haciéndose cargo de la sección Iberoamericana del Ateneo madrileño, de la secretaria de la Federación Universitaria Hispanoamericana y, ya en la guerra, participando en la Alianza de Intelectuales Antifascistas.
MENDOZA, M. Luisa, "El sueño del retomo a España", El Sol de México, 28-10-1975, p. 2.
RUBLUO, Luis, "Mis maestros españoles", Revista de revistas, n° 4141, 9-6-1989, p. 44. Desconocido para los españoles, Antonorobles era el seudónimo de Antonio Robles Soler, un escritor y periodista madrileño que vivió en México entre 1939 y 1970, año en que vuelve a residir en España. Se especializó en literatura infantil,fue profesor de esa materia en la Escuela Normal de maestros y en la Normal Oral de México. Su personaje el rompetacones, que él mismo ilustraba en sus relatos, es todo un clásico de la literatura infantil mexicana. Entresus obras más conocidas están: Aleluyas de rompetacones; Cien cuentos y una novela; Historia de azulita y rompetacones; El niño de la naranja; Albéniz, genio de Iberia; Granados; Un poeta con dos ruedas.
Ib., p. 45.
TAJONAR, Héctor, “Con Octavio Paz y España como tema”, Siempre, 38 11-5-1977, p. 38. Ib., p. 34.
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