Los ensayos reunidos en esta extensa monografía especializada pretenden responder a muchas de las preguntas que, en los últimos tiempos, ha generado el empleo de la tecnología en el campo de la Filología Española. Los editores del volumen acometen esta ardua labor compilatoria con la aspiración de que los proyectos publicados se conviertan en referente de los avances que se producen en este campo de estudio, y a la par hacen un llamamiento, a la comunidad investigadora, a la colaboración y a la interdisciplinariedad para seguir avanzando en este espacio de conocimiento.

La presente recopilación nace con el propósito de mostrar los caminos más logrados y las innumerables perspectivas y posibilidades que la tecnología digital abre a la historiografía del léxico español. Es preciso no perder de vista esta declaración de intenciones que leemos en el prólogo, pues estructura las intervenciones recogidas en la obra. El denominador común de todas las colaboraciones es el tratamiento digital al que se ven sometidos los datos, la diferencia es el enfoque del tratamiento y las metodologías de su procesamiento. Mientras que algunos de los trabajos exponen la elaboración y el diseño de recursos, otros presentan el uso y aplicación de esos recursos, o se acercan de manera crítica a los propios recursos.

La monografía consigue aportar una visión muy completa acerca de la utilización de recientes metodologías de trabajo en una subárea destacada del ámbito de la Filología del español. Se subraya, desde la primera línea del prólogo, que este cambio metodológico se ha visto propiciado por el desarrollo tecnológico e informático que ha permitido desarrollar una serie de recursos digitales que permiten procesar grandes masas de datos digitalizados, así como difundir resultados que, a su vez, generan nuevos recursos en una especie de cadena sin fin, en la que, sin duda, hay que poner un cierto orden para evitar efectos indeseados.

Compartimos la idea de que las herramientas tecnológicas han influido de tal modo en nuestras vidas, como individuos y como sociedad, que han modificado la manera de trabajar de los especialistas, ya que imponen otro acercamiento a los datos que permite enriquecer el conocimiento desde nuevas perspectivas, pero esto no quiere decir que la simple interacción de la tecnología con las disciplinas conforme nuevos espacios. Para que esto ocurra es necesario definir objetos de estudio, sistematizar procesos y articular metodologías. En este sentido, hay que entender que las Humanidades Digitales se conciben como un crisol “entre las disciplinas humanistas y el trabajo del mundo de la programación”1 cuya transversalidad ofrece unas posibilidades de progreso en las áreas de investigación humanísticas y sociales hasta ahora nunca vislumbradas.

Entender las aportaciones de esta monografía desde la transversalidad de las Humanidades Digitales quizá sea demasiado audaz, pues la mayoría de los trabajos recogidos en el volumen no cumplen con los requisitos exigidos para poder clasificarlos dentro de esta transdisciplina. Esta cuestión no resta valor a estas contribuciones, simplemente las excluye del paraguas de la disciplina de las Humanidades Digitales. No obstante, quiero apuntar a que el origen de la mayoría de los ensayos que conforman la monografía se inscriben en el marco de proyectos académicos de investigación cuyas metas se ajustan al estudio puramente filológico, o bien pertenecen, dentro del mismo ámbito, a organismos de investigación de reconocido prestigio. La consistencia de estos intereses hace patente que lo que ha pesado más, en la mayoría de los ensayos publicados, es la parte historiográfica y filológica frente a la perteneciente a las Humanidades Digitales, lo que provoca un desequilibrio en la balanza entre ambos dominios. De hecho, en esta monografía se destacan trabajos, estudios y recursos relacionados con la evolución del léxico a lo largo de variadas épocas, a los que se suma el análisis y la descripción lexicográfica, mientras que se toman las Humanidades Digitales no como una disciplina, sino como un medio que ayuda a superar dificultades de acceso a los datos derivados bien del diseño de los recursos, bien de su funcionamiento, o incluso de su concepción.

Al hilo de estos obstáculos, se dejan entrever otros impedimentos que señalan que la dificultad del acceso a los recursos procede de su dispersión, pero también de la falta de interoperabilidad entre ellos debido a la carencia de estándares que los hagan compatibles, a los que se une la obsolescencia de la tecnología y la falta de mantenimiento. En resumen, en la mayoría de los ensayos se conciben las Humanidades Digitales como una vía de éxito que contribuye, metodológicamente, a enfrentarse a todas las tareas filológicas tradicionales de investigación o de elaboración de productos.

En un sentido general, las aportaciones del volumen proporcionan un espacio de discusión sobre el razonamiento epistemológico imprescindible para las Humanidades Digitales, y que en muchas disciplinas humanísticas tradicionales se confunde con demasiada frecuencia con la sola utilización y aplicación de la tecnología. La lectura atenta del libro nos alerta de una demanda que nace en el seno de los estudios diacrónicos, pero que se hace extensible a toda el área filológica: la necesidad de ordenar, clasificar y evaluar los recursos digitales existentes, poniendo el acento en su interoperabilidad, en la simplificación de su manejo y en la versatilidad de su empleo.

La compilación se ha estructurado en tres bloques que, aunque desiguales en el número de aportaciones que contienen, desembocan en tres vertientes articuladas en torno al tratamiento al que se someten los datos léxicos diacrónicos: el primer bloque que, con nueve ensayos, hace referencia a la concepción, al diseño y a la elaboración de recursos de consulta; el segundo bloque, contiene dos ensayos, relativa a la crítica razonada de algunos de los recursos más conocidos y utilizados por la comunidad científica; y por último, el tercer bloque, recoge siete ensayos, en el que se exponen estudios concretos resultado de la manipulación de recursos ya existentes. Se corre el peligro de confundir el primer con el tercer bloque, pero es importante advertir que mientras que el primero constituye la presentación de recursos, el tercero está dedicado a presentar análisis léxicos concretos mediante el uso de algunos recursos ya existentes. Es interesante que el segundo bloque nos obliga a reflexionar de manera meta-filologico-digital, si se me permite el término, ante la falta de homogeneidad en el tratamiento de textos, ante la concurrencia de materiales de procedencia dispar y ante la ausencia de interoperabilidad entre los diferentes proyectos. Considero que este enfoque crítico debe imponerse para garantizar que los resultados con los que trabaja el estudioso cumplen con las garantías mínimas de este campo tan especializado. Es una de las maneras que se puede llevar a cabo y fortalecer la confluencia entre Humanidades Digitales y Filología.

No quisiera terminar sin aludir el acierto que supone recopilar contribuciones desde todos los rincones del ámbito hispánico, ya que muestra la pluralidad del panorama hispánico. Por otro lado, quisiera mencionar que este volumen se alza, aunque analógico, como un recurso en sí mismo que evidencia la urgencia de contar con un repositorio centralizado que se convierta en referente para investigadores o neófitos en la materia. Esta colección de trabajos ofrece un acercamiento iniciático entre las prácticas filológicas y las herramientas y metodologías de las Humanidades Digitales. La tarea de consolidar la interacción entre las metodologías de las Humanidades Digitales y los estudios filológicos está aún por hacer.


[1] Gimena del Río Riande (2017) define con precisión este concepto en la taxonomía TaDiRAH. Accesible desde: https://www.vocabularyserver.com/tadirah~humanidades-digitales.