El Legado Histórico y Patrimonial de la Distinguida Orden del Toisón de Oro en la Ciudad Imperial de Toledo
The Historical and Patrimonial Legacy of the Distinguished Order of the Golden Fleece in the Imperial City of Toledo
Rafael Marcos Pardo[1]
Doctorando Universidad Católica S. Antonio de Murcia
Salvador Hernández Martínez [2]
Doctor Universidad Católica S. Antonio de Murcia
Recepción: 08/11/2024 Revisión: 25/11/2024 Aceptación: 26/11/2024 Publicación: 30/12/2024
DOI: https://doi.org/10.5944/eeii.vol.11.n.21.2024.43292
Resumen
El presente artículo analiza el legado arquitectónico en la ciudad de Toledo de la época de los Austrias y el significado que ese legado tiene con especial énfasis a la Orden del Toisón de Oro.
Nuestro objetivo principal es conseguir mediante el estudio y análisis de estas representaciones, examinar la Insigne Orden del Toisón de Oro como elemento de poder de reyes y príncipes, a través de la Heráldica en el legado patrimonial y cultural de la Ciudad de Toledo. Por otra parte, se valoran determinadas representaciones artísticas en las que se hace un uso erróneo de esta Orden de Caballería tal y como se indica en sus estatutos originarios.
La metodología utilizada nos ha llevado a realizar un análisis cualitativo descriptivo. En el cual se han utilizado fuentes archivísticas y bibliográficas sin que deba entenderse como un mero repaso a la bibliografía. Valorando la importancia que se da al Toisón de Oro en los textos y documentos de los archivos en Toledo.
Palabras Claves: Toisón de Oro, Monarquía, Protocolo, Historia, Turismo, Cultura, Patrimonio.
Abstract
This article analyzes the architectural legacy in the city of Toledo during the Hapsburg period and the significance of that legacy with special emphasis on the Order of the Golden Fleece.
Our main objective is to achieve through the study and analysis of these representations, to examine the Insigne Orden del Toisón de Oro as an element of power of kings and princes, through Heraldry in the patrimonial and cultural legacy of the City of Toledo. On the other hand, certain artistic representations in which this Order of Chivalry is misused as indicated in its original statutes are evaluated.
The methodology used has led us to carry out a descriptive qualitative analysis. In which archival and bibliographical sources have been used without being understood as a mere review of the bibliography. We valued the importance given to the Golden Fleece in the texts and documents of the archives in Toledo.
Keywords: Golden Fleece, Monarchy, Protocol, History, Tourism, Culture, Heritage.
Sumario
1.Introducción
2. Desarrollo
2.1 Hipótesis y metodología
2.2 Toledo la muy noble, muy leal e imperial ciudad Patrimonio Mundial de la Humanidad.
2.3 El Símbolo de lo Real: La construcción de la imagen del poder de Borgoña a través del Toisón de Oro.
2.4 La representación de la majestad imperial de Carlos Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico.
2.5 El legado del Toisón de Oro en la Ciudad Imperial.
3. Conclusiones
4. Bibliografía
1. INTRODUCCIÓN
1.1. Introducción
En el siglo XV el ducado de Borgoña requiere de un elemento de poder que manifieste la estrategia y proyecto de Felipe III el Bueno, Duque de Borgoña y Conde de Flandes, quien idea un elemento histórico basado en la Insigne Orden del Toisón de Oro que desempeñará un papel de gran importancia. Esta institución estará asociada desde su nacimiento a una serie de valores, preceptos y conceptos que la convertirán en una herramienta diplomática valiosa y a sus miembros en una élite. Al mismo tiempo, se usará como elemento persuasivo que permitirá al territorio de un ducado aumentar su visibilidad y proyectar una imagen de poder similar a la de un reinado atrayendo riqueza, estatus y posibilitando alianzas con otros territorios.
Por otra parte, las Monarquías precisan comunicar la esencia del poder por medio de símbolos, signos y también del ceremonial y la etiqueta. Uno de los elementos que han ayudado a la realeza a transmitir ese poder a la sociedad es el patrimonio arquitectónico.
La cultura patrimonial de un estado contribuye de manera importante al fortalecimiento de la imagen que proyecta dentro y fuera de sus fronteras. Ese patrimonio es un elemento de impacto social relevante creador de riqueza y empleo para ciudades como Toledo, que hasta el mes de julio del año 2024 ha recibido a 549.493 visitantes siendo de éstas 381.048 residentes en España y 168.445 pernoctaciones de residentes en el extranjero, con un aumento de un 2,43% respecto a 2014, siendo el año Greco[3].
Esta Orden no solo mantuvo la política territorial de la corte de Borgoña, sino que también estableció un conjunto de rituales caballerescos que reforzaban la lealtad y el sentimiento de pertenencia a una comunidad poderosa, premiando a quienes apoyaban al duque en asuntos de estado. La Orden del Toisón de Oro supo aplicar la etiqueta borgoñona convirtiéndola en un modelo de solemnidad y magnificencia para muchas cortes europeas influenciando profundamente el protocolo palaciego y las prácticas ceremoniales en la Europa del Renacimiento y más allá.
En el corazón de la etiqueta borgoñona estaba la combinación de rigor ceremonial y un mecenazgo artístico generoso. La corte de Borgoña no solo se destacó en la magnificencia de sus ceremonias sino también en su apoyo a las artes incluyendo la pintura, la arquitectura, las artes decorativas, la literatura y la música. Estas prácticas no solo reflejaban la grandeza de los monarcas, sino que también establecían un estándar que muchas cortes europeas aspirarían a emular.
Carlos I, rey de España y tataranieto del duque Felipe III de Borgoña, adaptó y formalizó estas prácticas en su propio ceremonial de corte. Esta nueva orientación en las normas de protocolo de la Corte supuso una aportación importante que ha dado lugar a nuevas líneas de investigación, tesis doctorales y artículos científicos como el aprendizaje Cortesano de Felipe II (1527-1546). En esta obra se explica la importancia de la formación de un príncipe del renacimiento además de plantear problemas y debates historiográficos de la Insigne orden del Toisón de Oro (SÁNCHEZ-MOLERO,1999:134.)
Este trabajo pretende ofrecer una visión completa del Legado Histórico y Patrimonial de la Orden del Toisón de Oro en la Ciudad Imperial de Toledo que tanto le debe a las normas procedentes del denominado Uso de Borgoña y que tuvo repercusión en aquellos territorios donde gobernaban. Señala JONGE, K. de, et al:
“In the Black Book English Court ceremonial clearly mirrors the elaborate etiquette of the court of Burgundy. For the fi rst time the English Court had a written code of etiquette expressly designed to create magnifi cence”. (2010:36-54)
Asimismo, se analizará cómo las tradiciones y prácticas ceremoniales han evolucionado a lo largo de los siglos, conservando la esencia de la etiqueta borgoñona en la cultura moderna como elemento de poder de reyes y príncipes. (NOEL CHARLES,2004: 143-145)
Este trabajo no se debe interpretar como un catálogo de monumentos donde aparece el Pabellón de Armas de los Habsburgo en la ciudad de Toledo, sino que se aborda desde la perspectiva de profundizar en el significado que tiene la exhibición de estas Armas Reales en los edificios públicos de la capital castellanomanchega.
2. DESARROLLO
2.1. Hipótesis y metodología
El protocolo, el ceremonial y su etiqueta están presentes en los símbolos con los que las monarquías se comunican con sus súbditos, y especialmente en la época de los Austrias. Por otra parte, estos símbolos representados en obras de arte y elementos arquitectónicos en la ciudad de Toledo cumplen con la función de exaltar la esencia de la Corona, de sus titulares y de su entorno inmediato, así como colaboran eficazmente en la proyección del mensaje de la monarquía a su pueblo.
La metodología utilizada se centra en una investigación cualitativa con un método de trabajo descriptivo. Se ha identificado mediante el arqueo de fuentes la importancia que se da al Toisón de Oro en los textos y documentos de los archivos en Toledo, siendo el primer paso para obtener un área de interés concreta. Asimismo, la posibilidad que nos han brindado los directores y técnicos del Archivo Histórico de la Nobleza, Archivo Capitular de la Catedral Primada de Toledo, Archivo Histórico y Biblioteca Diocesana de Asidonia-Jerez y Arzobispado de Toledo – Archivo Diocesano, ha posibilitado el acceso a fuentes primarias.
Del mismo modo, se ha analizado la arquitectura de los Austrias y la representación del Toisón de Oro en los pórticos de entrada a los palacios, así como en la puerta de entrada a la ciudad conocida como la Puerta de Bisagra. Esta obra arquitectónica cuenta con grandes torreones rematados por sendos frontones triangulares entre los que aparece una gran águila bicéfala de piedra y acodado el collar del Toisón de Oro. Este símbolo es usado por la Monarquía para manifestar la imagen propagandista de autoridad que la corona proyecta en la sociedad.
Nuestro objetivo principal es conseguir mediante el estudio y análisis de estas representaciones estudiar la Insigne Orden del Toisón de Oro como elemento de poder de reyes y príncipes en el legado patrimonial y cultural de la Ciudad Imperial de Toledo. Así mismo, observar cómo en algunas representaciones artísticas se utiliza esta Orden de Caballería de forma errónea.
También queremos demostrar la importancia y el peso que esta Orden tenía, no solo a través del fasto y ceremonial de los Austrias, sino como se ha usado la iconografía como lenguaje para una sociedad iletrada.
2.2 Toledo la muy noble, muy leal e imperial ciudad Patrimonio Mundial de la Humanidad
Labrada por el arte y la cultura social de cada época histórica, Toledo se mezcla entre el sonar de las campanas con iglesias, sinagogas y mezquitas y, a través de su patrimonio y riqueza arquitectónica, destaca como un ejemplo singular de la convivencia de las tres grandes religiones más importantes del mundo: la cristiana, la judía y la musulmana.
Tirso de Molina llegó a comparar esta ciudad con la capital italiana describiéndola como la Roma segunda y Corazón de España (LAMARI, 2020:111).
La capital de Castilla La Mancha, bañada por el río Tajo, llegó a ser sede de concilios peninsulares, capital del reino visigodo, centro neurálgico de las decisiones regias de la Edad Media y capital del imperio con Carlos V. Conquistada e invadida en infinidad de ocasiones mantuvo su vínculo con la cultura y la ciencia siendo un lugar de referencia en el siglo XII gracias al establecimiento de la Escuela de Traductores. Del mismo modo, fue una ciudad que supo forjarse creciendo de la mano de su industria textil, sedas, armas y tantas otras referencias artesanas, llegando a ser una de las principales ciudades de Castilla en el siglo XVI.
Algunos de los grandes genios de las artes como El Greco, Cervantes o Garcilaso dejaron su impronta en esta ciudad definida tanto en verso como en prosa por El Infante Don Juan Manuel en el siglo XIV. También el monarca Alfonso X el Sabio dedicó un espacio a la ciudad en su primera crónica general de España que mandó componer hacia el año 1275. Asimismo, San Ildefonso destacó a Toledo en el Siglo VIII en el libro de los Varones Ilustres (MORENO NIETO,1983:31).
A la ciudad imperial también se le ha cantado, tallado, dibujado e ilustrado y fue testigo de los nacimientos y momentos muy destacados de personalidades tan importantes de nuestra historia como: Isabel de Castilla, María Pacheco, Alonso de Covarrubias, Benito Pérez Galdós, Juan Padilla, Diego Duque de Estrada, Fernando de Rojas, Abderramán II y Sancho III de Castilla entre otros.
No solo reyes, nobles y estudiosos del momento forjaron el nombre de Toledo. El traslado de la capital del reino a Madrid en 1561 sumió a la ciudad en una etapa de declive que la Iglesia supo aprovechar convirtiéndola en motor económico, cultural y artístico con grandes virtuosos llegados de distintas partes del mundo, entre los que destacan los arzobispos y cardenales Martín de Pisuerga, Jiménez de Rada, Gil de Albornoz y Pedro Tenorio. Algunos de ellos incluso llegaron a ser consejeros y amigos de reyes y príncipes como Pedro González de Mendoza, Francisco Jiménez de Cisneros y Francisco Antonio de Lorenzana. En la historia toledana vinculada a la Iglesia Católica destaca el cardenalato a Don Luis de Borbón, hijo de Felipe V, dignidad a la que renunció en 1754 y posteriormente la del cardenal Luis María Borbón hijo del anterior. La institución eclesiástica dejó una impronta fundamental en la ciudad ya fuera de forma directa o indirecta. La Catedral de Toledo ha formado y forma parte del eje estratégico de eventos, conciertos y acontecimientos que dicha ciudad celebra en las fechas más destacadas.
El papa Urbano II, concedió un privilegio pontificio mediante la bula Cunctis Sanctorum, de 15 de octubre de 1088[4] en la cual reconoció la condición de Primada a la Catedral y Diócesis de Toledo, consagrada a la Virgen de la Asunción a los cielos por pertenecer a la primera diócesis del antiguo Reino de España.
Conciertos tan destacados como las batallas de Órganos, dedicados a La Batalla de Lepanto, o los Réquiem de Mozart y Verdi, han situado a Toledo en una posición destacada a nivel cultural en el continente atrayendo a la urbe a miembros de la realeza, cardenales y otras destacadas autoridades de reconocido prestigio como fue la presencia de S.M. la Reina Doña Sofía en el “Réquiem de Mozart" en la S.I. Catedral de Toledo. (CASA REAL,2014)
Destaca el espectáculo de luz y sonido ‘Alfonso X, El Rey precursor’ que se proyectó en la fachada de la Catedral los días 30 de septiembre y 1 y 2 de octubre de 2021, año de la conmemoración del VIII Centenario del nacimiento de Alfonso X El Sabio.
Toledo es hoy una gran ciudad en expansión, en la que conviven el legado y patrimonio arquitectónico y cultural que la hizo destacar a nivel mundial en su día, con las características de una urbe moderna y bien comunicada por cuyas calles laberínticas conviven la vida universitaria y administrativa.
Por otro lado, algunos de los monarcas y personajes históricos más destacados de la historia de nuestro país quisieron dejar su huella en la ciudad contribuyendo a la riqueza de su patrimonio. Entre ellos destacan Alfonso X el Sabio, los Reyes Católicos, las dinastías de la Casa de Austria y los Borbones, el arzobispo Pedro González de Mendoza y Fray Francisco de Jimenes de Cisneros, así como destacadas familias de la nobleza como las Casas de Medinaceli y Alba de Tormes quienes hoy día albergan los fondos documentales más completos. En todo momento estos elementos artísticos y arquitectónicos sirvieron de propaganda del poder y entre todos destacarán los monarcas de la dinastía de los Austrias/Habsburgo. (TORRES GARCIA,2000:19-22)
Una de las fuentes documentales más importantes de la ciudad es el Archivo Histórico de la Nobleza y el de Catedral Primada.
El Archivo Histórico de la Nobleza (AHNOB) es un centro perteneciente al Sistema de Archivos de la Administración General del Estado. Es de titularidad estatal dependiente del, Ministerio de Cultura y Deporte, a través de la Subdirección General de los Archivos Estatales. La labor fundamental del AHNOB es la conservación y difusión de los archivos generados por la nobleza española desde la Edad Media a nuestros días, como detalla en su web (MINISTERIO DE CULTURA, 2024).
El patrimonio con el que cuenta la ciudad del Cesar y el hombre, como lo describe ÁLVAREZ, M.F. (1999) incluye edificaciones, piedras, pinturas, documentos y legajos, que son la expresión de la historia y la memoria viva de nuestro propio pasado. A pesar del paso del tiempo, todavía hoy mantiene su relevancia y protagonismo al reflejar una parte fundamental de la historia de nuestro país que en esa época se constituyó como uno de los estados más importantes del mundo civilizado.
Ilustración 1. Díptico con los retratos de Felipe el Hermoso, Dña. Juana de Castilla y sus hijos en Toledo. Anónimo flamenco de comienzos del siglo XVI c. 1508. Fuente: Museo Santa Cruz. Toledo.
Este legado que se puede observar paseando por la ciudad empedrada es fuente de investigación para una gran diversidad de disciplinas, cuestiones historiográficas e investigaciones propias que, según Moreno Nieto, ponen a dicha ciudad en el epicentro cultural del mundo como atracción del conocimiento, contribuyendo así al engrandecimiento de la capital castellanomanchega (1983:132). Este autor describe a la antigua Toletum, como “encrucijada inmortal de todas las culturas”, “imperial”, “cabeza de España” y crisol de herencias y culturas, de creencias religiosas y altas políticas, de amores y odios que han dejado huellas imborrables en la historia de España” (MORENO NIETO,1983: 194)
Por otra parte, como capital de su comunidad, Toledo es la sede central de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y sus Cortes autonómicas desde las que se ejerce el control parlamentario y de acuerdos para el buen funcionamiento de la Región. Concretamente en el año 2015 se celebró el IV Centenario de la segunda parte del ingenioso caballero Don Quijote, con un gran número de actividades repartidas por toda la Región; música, teatro, exposiciones y otra serie de manifestaciones artísticas del Siglo de Oro y sus protagonistas. Destacan dos grandes exposiciones, “La España de las Austrias” y “La moda española en el siglo de oro”, inauguradas por la entonces presidenta de la Comunidad Autónoma, María Dolores de Cospedal. Las exposiciones fueron responsabilidad de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes y estuvieron ubicadas en el Museo de Santa Cruz de Toledo y supusieron el arranque del programa preparado con motivo del IV Centenario de la Publicación de la segunda parte del Quijote. La relación entre la obra de Miguel de Cervantes y el momento histórico en el que surgió quedan de manifiesto en la exposición “La España de los Austrias”. Del mismo modo ‘La Moda en española en el Siglo de Oro’ repasó la indumentaria de los siglos XVI y XVII, en los que se extienden por toda Europa los rasgos distintivos del vestido español. (MUSEO, D. S. C. 2015)
La dinastía de los Habsburgo, que recrean estas exposiciones, tuvo la oportunidad de utilizar el Toisón de Oro como una herramienta que trasmite el mensaje de poder de la Majestad del Rey. (SANZ CAMAÑES, 2015: 25-39).
Los monarcas de la Casa de los Austria consiguieron hacer de Toledo un referente en el mundo civilizado alumbrando el Siglo de Oro como el periodo más brillante de nuestra historia en lo que a creación artística se refiere. No podemos olvidar que la sucesión recaída en Carlos I de España no fue un asunto sencillo y aceptado en la nobleza castellana quien lo veía como un extranjero que pretendía imponer nuevos usos y la perdida de derechos y concesiones (CONTI, S.F., 2001: 36-40). En esta etapa tuvo lugar el levantamiento de las germanías en los reinos de Valencia y Mallorca y los comuneros en Castilla. Por eso no es de extrañar que, sofocadas estas revueltas, el emperador quisiera dejar su seña de identidad en las fachadas principales de los monumentos construidos durante su mandato y que seguirán sus descendientes.
Desde que terminara el reinado de los Reyes Católicos hasta nuestros días España ha sido gobernada por veinte monarcas en 500 años, solo los dos últimos. Juan Carlos I y Felipe VI, lo han sido en democracia. Ambos han visitado la Ciudad de Toledo en el ejercicio de sus funciones como Reyes de España y han ayudado a seguir poniendo en valor su encanto y peso histórico (CASA REAL,2000) y (CASA REAL,2022)
España ocupa el tercer puesto en este ranking de países con más bienes reconocidos como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco a nivel mundial por detrás de Italia y China y por delante de Francia, Alemania, India y México.
Según la lista que pública la UNESCO y destaca en su web el Ministerio de Cultura, se reconocen tres tipos de bienes: Bienes culturales relacionados con monumentos, conjuntos o lugares que posean un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, el arte, la ciencia, la antropología o la etnología; Bienes naturales, que se refieren a monumentos naturales, formaciones geológicas o lugares que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista estético, científico, de la conservación o de la belleza natural; además de Bienes mixtos, que son los que poseen elementos culturales y naturales de valor universal excepcional. (MINISTERIO DE CULTURA, 2024).
Toledo forma parte de este elenco como ciudad Patrimonio de la Humanidad desde 1986, destacando en la categoría de bienes culturales (he intentado en esta frase enlazar con las líneas anteriores para que esté todo un poco más relacionado) Este nombramiento supone una gran responsabilidad pues conlleva la obligación de garantizar su protección y conservación para que las futuras generaciones puedan disfrutar su patrimonio.
El año 2014 fue declarado el Año del Greco, año en el que se celebró el IV Centenario de la muerte de este gran pintor en la ciudad de Toledo. Para conmemorar esta efeméride la capital castellanomanchega se preparó para albergar la mayor parte de su obra para conmemorar su fallecimiento y rendirle homenaje no solo en el Museo Santa Cruz sino en todos los espacios habilitados para ello, entre los que se encontraba la Santa Iglesia Catedral Primada.
2.3 El Símbolo de lo Real: La construcción de la imagen del poder de Borgoña a través del Toisón de Oro
El Toisón de Oro ha inspirado a muchos investigadores, escritores e historiadores. Entre ellos destaca Pierre Corneille, un dramaturgo francés que vivió durante el reinado de Luis XIV y fue uno de los máximos exponentes del neoclasicismo francés. Considerado uno de los mejores escritores de lengua francesa y de la literatura universal en su momento, nos dejó una tragedia histórica centrada en esta Orden La conquête de la Toison d'or. H. Champion (CORNEILLE, P., & WAGNER, M. F. 1998) como también harán dramaturgos como Lope de Vega[5] y tantos otros autores, principalmente de lengua francesa.
Sobre la distinguida Orden del Toisón de Oro se han escrito obras de un gran valor y rico contenido como “El espléndido códice de la Orden del Toisón de Oro”, de Andrés (1995) también la que se conserva en el Instituto de Valencia donde se guarda un Códice en el que figuran los estatutos de la Orden y blasones de sus caballeros[6]. Las ordenes militares vinculadas a la realeza y sus descendientes han despertado un gran interés en distintos sectores de la sociedad a lo largo de los años. El poder y el misticismo que emanaban de esta Orden posibilitó a través de los años desplegar un halo de misterio, leyendas y mitos sobre su origen y la época en la que fue creada. (REY Y CABIESES, 2020:13).
La Orden del Toisón de Oro, al mismo tiempo apelaba al espíritu de la cruzada y los valores de la caballería renaciente. Esta tenía:
"dos funciones muy concretas, por una parte, constituyó una fraternidad principesca pensada para aglutinar en torno al duque de Borgoña un conjunto territorial muy extenso. Por otro lado, fue concebida como una gran alianza internacional que creaba un cerco en torno a Francia y Castilla, ya que comprendía a los Estados de Borgoña, el Imperio, la Corona de Aragón y los reinos de Nápoles, Portugal e Inglaterra. " (CORTÉS I GARCIA 2008:267-71)
Además de influir con un concordato matrimonial que geopolíticamente refrendaba la pertenencia de España a la Orden del Toisón de Oro.
Para hacerse una idea de la importancia de esta emblemática Orden, debemos saber cuál fue el origen de su fundación. Surge en un momento histórico en el que la Orden del Temple dejó de ser la máxima expresión de la caballería cristiana, más conocidos como equites Christi. Su función consistía en defender la fe y los Santos Lugares, protegiendo a peregrinos, Ordenes mendicantes, señores y reyes de la época. Consumada la época de estos monjes guerreros cuya imagen se vincula a la de las Cruzadas numerosos príncipes intentaron en la Baja Edad Media restablecer la espiritualidad militar mediante la creación de nuevas instituciones y órdenes que mantuvieran el espíritu de lucha por la defensa de la fe cristiana.
Podría considerarse esta época como el renacer de la espiritualidad caballeresca en las Ordenes Militares en los inicios de un nuevo Siglo. Este resurgimiento fue dotando a Reyes y Príncipes de la justificación para crear un marco jurídico que posibilitara el nacimiento de estas órdenes. REY Y CABIESES lo describe en su obra:
“Carlos VI y Luis XI de Francia con la Orden de San Miguel, Eduardo III de Inglaterra con la Orden de la Jarretera, en la que ingresó recientemente el rey Don Felipe VI de España, y Amadeo VI de Saboya con la Orden del Collar, luego llamada de la Santísima Anunciación , que daba al recipiendario la calidad de primo del monarca y cuyo collar, como el del Toisón de Oro debía devolverse a la muerte del caballero, multiplicaron sus esfuerzos para revivir el espíritu cruzado en el plano internacional”. (2020:15)
Las Órdenes Militares fueron un elemento muy relevante a partir del siglo XII, España fue el país donde estas tuvieron una implantación más intensa y esto se debe el que se hayan conservado numerosos documentos y noticias de las campañas, tanto en los archivos nacionales como en los regionales o municipales, así como en los grandes archivos particulares y familiares de las grandes Casas de la nobleza española (DE AYALA, 2007: 14).
Este conjunto de instituciones religioso-militares en España surgieron en el contexto de la llamada Reconquista. Aparecieron en el siglo XII en las Coronas de León y Castilla y en el siglo XIV en la Corona de Aragón y Navarra.
Para Fleckenstein la Caballería y el mundo caballeresco se sustentaba aún del legado de las Cruzadas, sin embargo, como indica el autor “un nuevo espíritu refinado, galante y cortés nacido de la cultura cortesana y por expreso deseo regio renacía para así supeditar a los nobles a su potestad” (2006: 160). Estas instituciones conseguirán despertar el deseo en los monarcas cristianos de pertenecer a ellas y ganar influencia y posición en la sociedad de la época.
Hay que tener en cuenta que estas órdenes eran jerárquicas, se manifestaban mediante capítulos y en ellos se encontraban las personalidades más destacadas de la sociedad estamental. El rango superior de la misma era ostentado por el jefe de la dinastía, en la gran mayoría de casos el monarca o príncipe del territorio y por ende la Orden se vinculaba a la Casa dinástica que lo regentaba.
La Orden del Toisón de Oro jugó un papel fundamental en la época de Borgoña, ante todo fue "una alianza estratégica diseñada por la Casa de Borgoña y concebida a gran escala que pretendió articular políticamente la nueva Europa que surgía de la Baja Edad Media, y que alcanzaría una dimensión aún mayor una vez cayó bajo el control de la poderosa Casa de Austria, que la convirtió en uno de sus instrumentos más eficaces para alcanzar el dominio universal" (MÍNGUEZ, 2011: 11-37). Será el duque de Borgoña y conde de Flandes, Felipe III, quien dé origen a una Orden de caballería que tras seis siglos de historia mantiene su reputación, crédito e influencia.
Muestra de ello fue el Acto de imposición del Collar de la Insigne Orden del Toisón de Oro a S.A.R. la Princesa de Asturias, refrendado mediante el Real Decreto 978/2015, de 30 de octubre, por el que se concede el Collar de la Insigne Orden del Toisón de Oro a Su Alteza Real doña Leonor de Borbón y Ortiz, Princesa de Asturias. Celebrado en la sede la Jefatura del Estado, Palacio Real de Madrid, ante los tres poderes del Estado: legislativo, ejecutivo y judicial, continuando así “la secular tradición observada en la Casa Real española de otorgar e imponer las insignias de la Insigne Orden del Toisón de Oro a quienes están llamados a suceder en la Corona de España”.
Los motivos por los que este Rey crea la Orden, los podemos encontrar en las festividades organizadas en Brujas para celebrar la boda del monarca, conocido como Felipe el Bueno, con Isabel de Portugal, tercero de sus matrimonios con el que buscaba lograr descendencia para su dinastía. Según destaca Víctor Mínguez:
"Juan II de Francia le había concedido el ducado a su hijo Felipe de Valois, el Atrevido, en la segunda mitad del siglo XIV. Felipe III era nieto de Felipe el Atrevido, y tanto la boda con la princesa portuguesa como la creación de la Orden del Toisón obedecen a su deseo de separar el ducado del reino de Francia y proclamarse monarca independiente" (2011: 12).
Felipe el Bueno, con la autoridad que le confería su estatus regio “mandó al heraldo de Flandes, ya que dicho acontecimiento nupcial tuvo lugar en el condado de Flandes, proclamar la creación de una Orden que estaría bajo la protección de la Virgen y de San Andrés” (LEMAIRE, 2007:65)
Señala G. Doutrepont en el manuscrito arsenal 5067 que da fe de la creación de esta Orden, son varias las razones que llevaron a crearla:
"la primera, para honrar a los antiguos caballeros, que, por sus altos y nobles hechos, dignos son de ser celebrados, la segunda, con el fin de que quienes ahora son poderosos y fuertes de cuerpo tengan causa para seguir a bien y a mejor, y, la tercera, con el finde que los caballeros y gentileshombres que quieran portar la orden… honren a quienes la portan… y (merezcan) a su vez ser elegidos" MIRA, & DELVA, 200:65).
El carácter de esta nueva Orden es muy propio y particular de los siglos XIV y XV. Se buscaba la lealtad de la nobleza a su rey y permitía a sus integrantes vivir de una forma distinguida, acomodada y fastuosa en la Corte donde las espadas y los combates se substituyen por la nueva política diplomática. Por otra parte, el estilo de vida de los nuevos miembros se diferenciará de las órdenes religiosas como las de San Juan, Santo Sepulcro, Teutónica, Calatrava, Santiago, Alcántara o Montesa que aún mantenía el espíritu humilde de los monjes guerreros supeditados que a los votos de pobreza, castidad y obediencia. En este sentido, la nueva Orden del Toisón de Oro prestará una especial relevancia al ceremonial, la escenografía y una selección elitista de sus integrantes. El complejo ceremonial de la Orden del Toisón permitió que sus originarios soberanos, sin ostentar el título de rey, se cubrieran mediante el lujo y la etiqueta de la dignidad de monarcas auténticos e incluso del emperador (CAMPOS SÁNCHEZ-BORDONA, 1997:228).
Ilustración 2. Vestimenta Caballeros del Toisón de Oro. Fuente: Manuscrito S. XVI Códice de Trajes, Biblioteca Nacional de España. Fundación Carlos de Amberes, Madrid, 2012 p. 192 -197.
El 30 de noviembre de 1431, día de San Andrés, se celebra en Lille el primer Capítulo General de la nueva Orden, durante el cual ejerció como canciller el obispo de Nevers, Jean Germain. Años más tarde, el papa Eugenio IV dará legitimidad a su creación mediante la firma de una bula por la que se aprobaban sus reglamentos y estatutos. En ellos aparecían cuatro dignidades: canciller, tesorero, rey de armas y secretario. Al frente de todas ellas se situará el máximo responsable de la Orden, el Duque de Borgoña.
Según Mínguez varios fueron los objetivos fundacionales de la hermandad del Toisón, pero uno de ellos fue organizar una nueva cruzada para rescatar los Santos Lugares en Jerusalén (2011:11-37). Sin embargo, este objetivo jamás fue alcanzado, aunque siempre estuvo presente en el pensamiento del Duque. De hecho, colaboró y prestó ayuda contra los turcos, y cuando se produjo la caída de Constantinopla en 1453, fue el único príncipe europeo que atendió el llamamiento sucesivo de los pontífices de Roma Nicolás V, Calixto III y Pío II a la guerra santa.
Diversos investigadores a lo largo de la historia han señalado que la influencia de la Orden británica de la Jarretera tuvo mucho que ver en la creación de la Orden del Toisón. La Orden de la Jarretera fue impulsada por Eduardo III de Inglaterra e Irlanda a mediados del siglo XIV, con el fin de reforzar las cruzadas inspirándose probablemente en las leyendas del ciclo artúrico. Como insignia de esta Orden está la imagen de San Jorge y el lema Honi soit qui mal y pense (que se avergüence el que haya pensado mal), que alude a la pretendida anécdota de su creación, cuando el rey Eduardo devolvió en público a la condesa de Salisbury la liga azul que había perdido en el baile. Enrique IV de Inglaterra le ofreció en 1422 el collar de la Jarretera a Felipe el Bueno, dignidad que este rechazó pese a la admiración que profesaba el duque de Borgoña por la Orden británica de La Jarretera a la que no accedió para no incomodar al rey de Francia quien mantenía conflictos bélicos con el rey de Inglaterra. (Y VÁZQUEZ, E. F. X. 2020:19).
A todo lo anteriormente expuesto se le une un significado mitológico con la finalidad de rodear de un halo misterioso al Toisón de Oro. Para lograrlo, se buscó un referente mítico que dotara a la nueva Orden borgoñona de un imaginario propio. Felipe el Bueno y sus consejeros tendrán en cuenta la "leyenda de Jasón y los Argonautas, perteneciente al universo de los mitos grecorromanos, tan de moda en la cultura renacentista que desde la Italia del momento se irradiaba en Europa” (MÍNGUEZ, 2011: 16).
Sánchez-Bordona destaca esta característica a través de la obra de Filastro, que dice así:
“el destino y el origen de la Casa de Borgoña quedaban definitivamente unidos por un doble vínculo a los Argonautas y al Antiguo Testamento. El mundo griego y las raíces hebreas del Occidente cristiano se fusionaban perfectamente bajo el doble patronato de Jasón y Gedeón. La mítica historia fue objeto de diversos manuscritos, como titulado L'Histoire de la Conquéte de la Toison d'Or, realizado en torno a 1466-67 para Carlos el Temerario, por Philippe de Mazerolles; o el procedente del taller de Jean Colombe, Histoire de la destruction de Troie, de Aimar de Poitiers (1490), que se conservaban en la biblioteca de los Duques”.“La faceta mitológica de este hecho es el punto que más nos interesa. Desde la Antigüedad, circulaba la leyenda por la que Jasón y sus compañeros, los Argonautas, se embarcan en la nave que les conducirá a la común tarea de conquistar el Toisón de Oro. Como figuras arquetípicas de ejemplaridad, esos héroes participan de la doble naturaleza divina y humana. Sus victorias son un claro exponente de la fuerza del espíritu sobre la naturaleza. En este tema, Jasón asume la responsabilidad de la comunidad, como pastor de hombres, en palabras de Hesiodo10, es capaz de reunir en torno suyo a hijos de dioses, de reyes, de nobles y de héroes. Argos, hijo de Phrixos, Hércules, Orfeo, Castor y Pollux, los Dioscuros, Hylas son alguno de los compañeros de ese largo viaje de conquista. Viaje argonaútico cuya finalidad esencial no es la conquista del oro, ni de lo material, sino la de un orden superior, tal y como defiende la propia Orden del Toisón y su fundador Felipe el Bueno. Ese orden superior estaba basado en la verdad y enseguida fue identificado por sus sucesores con la defensa del orden establecido y de la religión cristiana, o todo lo que tuviera relación con ella”. (1997:231-232)
La leyenda de Jasón no solo dota a la Orden Borgoñona de gracia y renombre, sino también de un emblema: un collar de eslabones entrelazados de resistentes pedernales que trazan la letra «B» de Borgoña y gemas brillantes luminosas e "inflamadas de fuego" con esmalte azul y rayos de color rojo; del collar cuelga un cordero de oro esmaltado. El lema es Ante ferit quam flamma micet «Hiere antes de que la llama prenda». Como Prometeo era antepasado del rey Eetes, el vellocino fue colgado en honor de este héroe primigenio. El collar del Toisón aludía con los pedernales y las llamas a Prometeo, que entregó a los hombres el secreto del fuego.
Se tiene conocimiento del taller artesano orfebre de Brujas que realizó los collares de oro que fueron entregados en el año 1430 y 1431 a los originarios caballeros de la Orden. Sin embargo, se desconoce el nombre de quien los elaboró, aunque se especula como posible autor a Jan Van Eyck, que en ese momento estaba al servicio del Duque de Borgoña (LEMAIRE, 2007:65). Debemos entender que la religión y la mitología estuvieron muy presentes, a modo de patronos de la distinguida Orden. Entre ellos se encuentra San Gedeón, autor según la Biblia de un doble milagro con el vellón y que aparece en un importante tapiz de principios del siglo XVI. También destaca la figura de Jasón, cuya hazaña al recuperar el vellocino de oro se evoca en la pintura de Erasmus Quellinus, discípulo de Rubens. Finalmente hay que tener presente a San Andrés al que se le atribuye el aspa o cruz de San Andrés, que aparece junto con el pedernal y sus chispas en alusión a la divisa del duque de Borgoña. Esta importante simbología aparece en el patrimonio que la historia nos ha legado como el símbolo visible de una dinastía creada en el siglo XV por el duque Felipe III de Borgoña.
Ilustración 3. Retrato de Felipe III el Bueno, es un óleo sobre tabla. realizado por el taller del pintor Rogier Van der Weyden (1450). Fuente: Wikipedia.org
Como se ha apuntado en líneas anteriores y al margen de su simbología hay que destacar que la Augusta Orden del Toisón de Oro fue ante todo una alianza estratégica diseñada por la Casa de Borgoña y concebida a gran escala. Entre sus objetivos se encontraba articular políticamente la nueva Europa que surgía de la Baja Edad Media y que alcanzaría una dimensión aún mayor una vez cayó bajo el control de la poderosa Casa de Austria. Esta dinastía asumirá un poder que no le correspondía como Casa Real pero que la convirtió en uno de sus instrumentos más eficaces para conseguir predominar entre los países civilizados de la época.
En torno a la Orden del Toisón se desarrollaron ceremonias, despliegues heráldicos, iconografías y retratos, emblemas y pinturas, decoraciones y festejos. Todas estas manifestaciones visuales configuraron la imagen pública de esta institución, imagen que es preciso descifrar para intentar entender adecuadamente, entre otras cuestiones, la propia imagen de la monarquía hispánica cuyos reyes han sido desde el siglo XVI soberanos de la Orden.
El lenguaje artístico de la Insigne Orden del Toisón de Oro y todas sus manifestaciones artísticas y mitológicas tendrán su reflejo en obras musicales del gusto del monarca Carlos I, gran aficionado y que jugó un papel fundamental en la organización de la vida musical de la corte. Sus gustos y debilidad por la canción Mille regretz fueron divulgados en una corte que esperaba del monarca que al menos fuera capaz de leer música.
2.4 La representación de la majestad imperial de Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico
En 1517 un joven heredero llamado Carlos desembarcó en costas españolas para tomar las riendas de las coronas de Castilla y Aragón, que legítimamente le correspondían. El monarca heredó el trono español como hijo de Juana I de Castilla y Felipe I el Hermoso y nieto de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, distinguidos con el título de los Reyes Católicos por el Papa Alejandro VI. Por parte de su familia paterna descendía de Maximiliano I y María de Borgoña, por lo que era el heredero de las Casas Reales de los Habsburgo y los Valois, correspondiéndole el título de Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
El nuevo rey se caracterizó por ser un hombre de diálogo, carismático, estratega y tremendamente resolutivo. Un líder que dos años después, recibió sus últimas posesiones territoriales por parte de su abuelo Maximiliano y fue designado rey de los romanos.
Carlos I percibió la importancia de elegir Toledo como capital del Sacro Imperio convirtiendo la ciudad en el centro comercial e industrial de todo el imperio. Felipe II fue un digno sucesor de su padre, imponiendo unas tradiciones y normas que serían respetadas en todo el continente.
El emperador Carlos convirtió a la ciudad toledana en el epicentro político y humano de todo el imperio, desde la que se tomaban las decisiones que gobernaban el reino donde “no se ponía el sol”.
Una de las fórmulas más fastuosas y protocolarías era el encabezamiento de las leyes, sentencias, cartas de cancillería o ceremonia que en sus primeras líneas detallaban el nombre del Soberano, junto con todas las denominaciones y títulos del amplio número de estados y provincias que conformaban la geografía del Reino de España. La amplia enumeración de los títulos que confluían en la figura del monarca no solo constaban por escrito sino también eran recitados de forma pública y privada en las ocasiones solemnes. Ese anuncio daba a entender la grandeza que el propio rey tenía y por ende de la representación de su majestad. Era costumbre también usar lo que se denominaba el Título grande, que incluía el nombre de los Estados que habían estado en manos de sus antepasados, como si todavía fueran sus soberanos. Dado que esta costumbre ocasionó controversias y demandas se acordó que cuando se usaran estos títulos se adoptaría la fórmula de non praejudicando, como se observa actualmente cuando se utiliza con S.M. El Rey Felipe VI.
Muestra de ello es el título que reza en
el encabezado de la Ejecutoria dada en nombre de
Carlos I por la Real Chancillería de Valladolid sobre el pleito mantenido entre
Manuel Ponce de León y Rodrigo Ponce de León, duque de Arcos, por el estado y
mayorazgo de Arcos y la pertenencia en él del condado de Bailén, de cuyo título
se hacía propietario el primero. Fechada el 19 de diciembre del año
1522, este documento refleja de manera completa el título usado por el
monarca:
DON CARLOS POR LA GRACIA de Dios Rey de Romanos, Emperador femper Augufto, Doña Juana fu madre, y el mifmo don Carlos por lamifma gracia: reyes de Caftilla, de León, de Aragon, de las dos Sicilias, de Hierufalé, de Nauarra, de Granada, de Toledo, de Valécia, de Galizia, de Mallorcas, de Seuilla, de Cerdeña, de Córdoua, de Corcega, de Murcia, de Iaé, del Algaures de Algezira, de Gibraltar, de Islas de Canarias, de la Indias Islas e tierra firme del mar océano, Códes de Barcelona, feñores de Vizcayay de molina, duques de Athenas, y de Neopatria, códes de Ruydelló, y Cerdania, marquesfes de Oriftan, y de Gociano, Archiduques de Auftria, duques de Borgoña, y e Braunante, condes de Flandes, y de Tyrol. &. (1522:50)
La Coronación de Carlos V fue todo un alarde de fastuosidad, pompa y boato para legitimar la representación de la majestad imperial del emperador y así lo narran los hechos y relatos de lo sucedido en crónicas y memorias.
Aunque Carlos V, ya era emperador desde hacía once años, en 1530, tras la muerte de su abuelo Maximiliano I, fue escogido como sucesor de los siete grandes príncipes electores del Sacro Imperio Romano Germánico. El monarca fue objeto de una serie de intrigas y acciones favorecidas por sus enemigos como los reyes de Inglaterra y Francia, algunos príncipes alemanes e incluso podríamos hablar hasta del papa del momento León X, procedente de la familia de los Medici. (ABC, 2016).
De hecho, el pontífice, tuvo que refugiarse en el castillo de Sant’Angelo para salvar la vida, ya que en 1527 las tropas del emperador Carlos V, en guerra con el Papa, Francia y sus aliados, se lanzaron al asalto de la ciudad eterna y estos la sometieron al pillaje, robo y abusos a la población que conmocionaron a toda Europa. El saqueo supuso la culminación de la secular hostilidad entre el Imperio y el papado, llegando el Pontífice a tener que pagar una cuantiosa suma por su rescate. Llevados a cabo todos los trámites ante los príncipes electores, el 28 de junio de 1519 éstos se reunieron en la ciudad de Fráncfort para designar a Carlos de Habsburgo como «Rey de romanos».
Aunque este título lo convertía tan sólo en rey de Alemania, en la práctica comportaba el reconocimiento de los poderes imperiales. Esta elección debería seguir una ceremonia de coronación muy rigurosa con tres grandes ritos. El primero la coronación como «Rey de romanos», que debía celebrarse en la capilla Palatina de Aquisgrán, la antigua capital imperial, donde al emperador electo se le imponía la corona de Carlomagno y seguidamente se hacía entrega de la espada y las demás insignias imperiales como el anillo, el orbe y el cetro. A estos distintivos se les denominaba iura regalia, que, según la RAE, es la “atribución, potestad o derecho asignado directamente a la Corona” (NATIONAL GEOGRAPHIC,2014). Observamos que engloba un conjunto de conceptos que se asocian a la Monarquía, a su identidad, autoridad, representación y atributos. Por lo tanto, ese primer paso lo dio el 23 de octubre de 1520.
La segunda ceremonia de coronación debía ser la del «Rey de los borgoñones» o «Rey de Italia», esta no tenía un lugar establecido como tal, por lo que se realizó en privado días previos a la gran coronación de Bolonia. El tercer paso y más importante era ser coronado por el mismísimo Papa de Roma, pero dados los acontecimientos que dieron lugar al saqueo de Roma se trasladó la ceremonia a la ciudad de Bolonia donde se eligió la iglesia de San Petronio. (FERNÁNDEZ ÁLVAREZ,1999:41)
Estos actos se demoraron casi cuatro meses, en parte a causa de la insistencia de Carlos en hacerlos coincidir exactamente con su trigésimo aniversario. De esta forma, el 22 de febrero de 1530 fue cuando el papa Clemente VII colocó sobre sus sienes la «corona de hierro» de los lombardos, llamada así por incorporar una banda de hierro hecha supuestamente a partir de un clavo usado en la crucifixión de Cristo.
La ceremonia fue fastuosa y llena de sentido y símbolos sagrados como la espada, el cetro y el orbe. El ritual del momento culminó cuando Clemente VII ciñó sobre su cabeza la corona de los césares. Esta sucesión de ceremonias de coronación buscaba cumplir con la tradición del momento y revestir de majestad la figura del Emperador, que ya ejercía de facto como tal al margen de esos actos. Esta no era una situación excepcional ya que la formalidad de la coronación imperial de manos del papa había caído en desuso desde hacía tiempo, y tal es así que el propio abuelo de Carlos, Maximiliano I, Gran Maestre de la Orden del Toisón de Oro nunca se coronó en Roma.
Ilustración 4. Cabalgata de la coronación imperial de Carlos V en Bolonia el 24 de febrero de 1530, grabado en papel de Frans Hohenberg (Malinas, h. 1540 – Colonia h. 1590). Fuente: Museo de Santa Cruz, Toledo
La coronación debía ser recordada para siempre y, para darle mayor esplendor y solemnidad, Carlos decidió como se indicaba en líneas anteriores, que se celebrase el día de su trigésimo cumpleaños, el 24 de febrero de 1530. Esta fecha coincidía también con el quinto aniversario de su victoria en la batalla de Pavía con la coronación final como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
2.5 El legado del Toisón de Oro en la Ciudad Imperial
Como se indica en la obra de Rey y Cabieses:
“En el imaginario colectivo, en las representaciones artísticas, ya fueran estas la pintura, escultura o arquitectura. Aún hoy, cuando recorremos plazas y calles de España, y de otros países del orbe católico, podemos admirar innumerables vestigios de esos siglos, perenne testimonio de la presencia de Orden a través de los monarcas y los demás caballeros de la misma” (2020:14).
No se puede entender nuestra historia y nuestro pasado sin la cultura del arte y sus manifestaciones en cualquiera de sus representaciones. El lenguaje artístico de la Insigne Orden del Toisón de Oro ha dejado una huella patente en edificaciones, pinturas, joyas, etc. La Casa de Borgoña quiso al mismo tiempo mostrar su grandeza a través de esta Orden, proyectando una imagen marcada por el boato y la grandeza de las manifestaciones culturales, artísticas e históricas que todavía hoy en día podemos observar en la ciudad de Toledo. Tal es así que, como comenta Sánchez Bordona (1997:230), “el ambiente cultural y refinado de la corte de Felipe el Bueno y de su tercera esposa Isabel de Portugal, se caracterizó por una intensa labor de patrocinio artístico en los más diversos campos”.
Los primeros vínculos de la ciudad de Toledo con el Toisón de Oro los encontramos el 7 de mayo del año 1502 cuando los archiduques Felipe I apodado el Hermoso y Juana I de Castilla llegan a Toledo en su primera visita a España y son recibidos por el Rey Católico, acompañado del Cardenal Mendoza y los nobles más destacados del Reino. A este grupo se unirán embajadores y representantes del clero, además de seis mil hombres a caballo. El recibimiento constó de varios actos, como la asistencia al Te Deum en la Catedral, la visita a la reina Isabel, y la asistencia al día siguiente del oficio religioso en la Catedral (DEL CERRO BEX, 1973:59-80). Fueron días y semanas de mucha actividad, con la asistencia a otros actos como la ceremonia de los Funerales por el príncipe de Gales en San Juan de los Reyes. Los Archiduques son jurados como príncipes herederos en la Catedral, requisito básico para poder gobernar en el futuro. Asimismo, participaron en procesiones de la ciudad; el Archiduque jugó a la pelota, disfrutaron de grandes banquetes y salidas de caza, vieron justas reales en el gran mercado de Zocodover, y todos juntos asistieron al monasterio de San Bernardo, despidiéndose de la ciudad el 29 de agosto.
Felipe I en su segunda visita al Regnum Castellae el 24 de mayo del año 1506 "hizo caballero del Toisón de Oro al señor de Veyré. Philibert de Veyré se convierte en el principal promotor del Tratado de Salamanca, por el cual Fernando y Felipe establecen sus responsabilidades conjuntas en el futuro gobierno de Castilla. Felipe I no volvió jamás a Toledo ya que la muerte le sorprendió a finales del mes de septiembre en Burgos.
Una vez fallecido su padre, a la temprana edad de 6 años, el joven Carlos adquirirá la legitimidad y el poder regio de las grandes coronas que lo alzarán años más tarde como un gran cesar. Ya entonces era miembro de la Orden del Toisón de Oro, al haber sido nombrado por su padre con solo 1 año, recordemos que Felipe “el Hermoso” era el jefe y Soberano de la Orden. Este hecho se representa en la obra del pintor Albrecht De Vriendt, que recrea en un óleo sobre tabla la majestuosidad de la escena y la importancia de otorgar dicho símbolo, trasmitiendo el Gran Maestrazgo mediante una ceremonia llena de significado y trascendencia.
Ilustración 5: Philip I, the Handsome, Conferring the Order of the Golden Fleece on his Son Charles of Luxembourg, Albrecht De Vriendt 1880, Óleo sobre tabla, Museo Brooklyn. Fuente: wikipedia.org
Sus diferentes responsabilidades llevaron a Carlos V a convertir a la capital del imperio en un territorio esencial para la monarquía de los Austrias. Tal y como se detalla en los archivos de la ciudad, el monarca llegó a residir en ella al menos en quince ocasiones. Esta Villa ha sido siempre exponente de grandeza regia desde los visigodos y el Emperador la dotará de un mayor esplendor dirigiendo desde allí su imperio, lo que conllevó trasladar a la ciudad la Corte, así como todos los servicios del Reino, guardia personal, etc. Seguirá vinculado a la ciudad hasta la muerte de la Emperatriz Isabel de Portugal su esposa. Tras su deceso, el Emperador decidió retirarse durante un tiempo al monasterio toledano de los monjes Jerónimos de Santa María la Sisla y después nunca más volvería a la ciudad imperial.
Edificios de esta época son todavía un reflejo de la figura de Carlos I, como el Alcázar de Toledo, que en la actualidad cumple las funciones de Museo del Ejército.
Figura 6. Portada plateresca, con destacado escudo imperial. El emperador Carlos I quiso construir un palacio-fortaleza. En su arquitectura intervinieron Alonso de Covarrubias, Luis de Vergara, Juan de Herrera y Francisco de Villalpando. Hoy se conoce como la puerta de Covarrubias. Fuente: Museo del Ejercito-Ministerio de Defensa
La edificación, concebida por el arquitecto Alonso de Covarrubias, consta en su frontón principal con el escudo imperial tallado con todo detalle y protegido por el Toisón de Oro. Asimismo, el Palacio de Fuensalida, buen ejemplo de gótico mudéjar toledano de la primera mitad del siglo XV fue la residencia imperial cuando los emperadores se encontraban en su capital y en él falleció la emperatriz y Reina de España el 1 de mayo de 1539. El monarca encomendará a su hijo Felipe que presida y acompañe el cortejo fúnebre que partió desde el mismo palacio a la capilla Real de Granada. Otro de los ejemplos arquitectónicos de la época es el Hospital de Santa Cruz, hoy museo, que alberga algunas de las exposiciones más importantes del mundo como la del Greco, o la España de los Austrias y la Moda en el Siglo de Oro. Entre sus obras se puede encontrar un cuadro del pintor de la Corte, Juan de los Ángeles, que representa al Rey y el Papa Clemente VII entrando en Bolonia.
Figura 7. Puerta de Bisagra, fue totalmente reconstruida bajo los reinados de Carlos V y Felipe II, según las trazas de Alonso de Covarrubias. Está formada por dos cuerpos, entre los que se intercala una plaza de armas. El cuerpo interior es de arco de medio punto flanqueado por torreones cuadrados coronados por chapiteles de cerámica, en una de cuyas caras aparece el escudo imperial de Carlos V, y ajedrezado en otras.
Fuente: Archivo Puerta de Bisagra Escudo Wikipedia
La Puerta de Bisagra es otro de los monumentos mandado construir por el Rey Carlos I para conmemorar su victoria sobre los comuneros de Castilla y ser recibido como un gran César. Alonso de Covarrubias diseñaría la portada central a modo de arco del triunfo con el actual escudo de Toledo que porta una gran águila bicéfala con el collar del Toisón de Oro. Asimismo, encontramos el Hospital de Tavera, ejemplo de la arquitectura clásica castellana, que está situado extramuros de la ciudad, muy cerca de la puerta de Bisagra. Esta construcción nace de las manos de los humanistas que rodearon a Carlos I y su visión urbanística y arquitectónica de aquel entonces para ir adecuando la ciudad a su papel como capital imperial. En sus archivos hoy podemos encontrar cartas del Grefierato de la Insigne Orden del Toisón de Oro donde aparece el ceremonial y cartas al Marques de Santa Cruz avisando de un próximo Cruzamiento y la participación en el mismo, que implicaba portar uniforme y sin otra condecoración que el Collar de la Orden.
Entre los personajes de la Corte Imperial destacan Alonso de Covarrubias, quien realizó la gran portada del Monasterio de San Clemente, la fachada norte del Palacio Real (Alcázar) y los patios pareados del Hospital de Tavera. Asimismo, Garcilaso de la Vega, que además de poeta era soldado, compuso durante esta época cuarenta sonetos, cinco canciones, una oda en liras, dos elegías, una epístola, tres églogas, ocho coplas castellanas, tres odas y un epigrama en latín.
Por otra parte, otra gran figura fue la del Cardenal Cisneros que supo conjugar la tradición mudéjar de la Edad Media toledana con las primeras luces del renacimiento que empezaba a andar en Castilla, la recuperación del rito mozárabe, como se puede observar en la Capilla del Corpus Christi en la Catedral Primada donde destaca la famosa obra la " Batalla de Orán". También destacó Juanelo Turriano, quien hizo un artificio compuesto por cazos para elevar el agua desde el río Tajo hasta la ciudad Imperial de Toledo. Todos ellos junto al Rey Carlos I dejaron un legado arquitectónico y estético de un calado sin igual que aún hoy sigue admirando a turistas y estudiosos de la cultura y el patrimonio.
Figura 8. Retratos realizados en piedra, del emperador Carlos V y su esposa Isabel de Portugal, situados en el descanso de la escalera del patio. Palacio de Fuensalida de Toledo.
Fuente: Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha
Ilustración 9. Fotografía de la sillería del Coro de la S.I. Catedral Primada de Toledo en su lado izquierdo por Felipe Bigarny que representa a Zorobabel como Carlos V con el Toisón de Oro.
Fuente: Archivo Catedral Primada de Toledo
Ilustración 10. Detalle de una de las pinturas murales del claustro bajo de la S.I. Catedral Primada de Toledo donde Bayeu representa la entrada de las reliquias de San Eugenio. Acompañan Felipe II y su hijo el príncipe Carlos ambos con el collar del Toisón de Oro prendido del cuello.
Fuente: Archivo Catedral Primada de Toledo
Volviendo a las aportaciones del Cardenal Cisneros, será por decisión de éste la creación de la nueva sala capitular en la Catedral de Toledo con estancias y antesala para sustituir a la antigua que se encontraba en la Capilla Mozárabe. Esta sala se caracteriza por combinar el gótico flamígero y la última etapa del mudéjar. En ella destacan obras que escenifican escenas de la vida de la Virgen y la Pasión de Cristo. En la parte baja se encuentran una serie de 32 retratos de los primeros arzobispos toledanos, pintados por Juan de Borgoña, Comontes, Carvajal, Tristán, Rizi, Goya o Vicente López, entre otros. Destacan tres cuadros que portan el Collar del Toisón de Oro acolado en su escudo de armas y sus hábitos cardenalicios. Los Estatutos de dicha Orden “tienen fuerza de Leyes Apostólicas" (PINEDO Y SALAZAR, 1787:252) y desde su fundación queda remarcado expresamente que los "Eclesiásticos tenían prohibida la entrada en la Orden, y por ello no fueron miembros de ella los Archiduques de Austria e Infantes de España, que tomaron los hábitos durante el siglo XVII, y si siendo caballeros deseaban entrar en religión debían abandonar la Orden del Toisón, aunque esta prohibición cambiará con la llegada de los Borbones"(FRANCISCO OLMOS, J.M. de, 2020:209-212).
En los retratos del Cardenal don Luis de Borbón y Farnesio y el Cardenal y arzobispo don Luis María de Borbón y Vallabriga, tanto en la Sala Capitular como la última obra que habla del Episcopologio Toledano realizada por Monseñor Fernández Collado, aparecen con el vellocino de oro. Sin embargo, apenas se menciona la insignia, tan solo en la del Cardenal y arzobispo don Luis María de Borbón y Vallabriga donde sí aparece que "fue distinguido durante su vida con la Orden del Toisón de Oro" (FERNÁNDEZ COLLADO, 2017).
Ilustración 11. Retrato del cardenal y arzobispo de Toledo D. Luis Antonio Alfonso de Borbón y Farnesio XIII conde de Chinchón ubicado en la Sala Capitular de la Catedral Primada de Toledo. Con sus atributos cardenalicios color escarlata, habito coral y prendidas del pecho las condecoraciones de la Orden del Espíritu Santo (Francia) La Orden de San Jenaro (Reino de Nápoles) y la Orden del Toisón de Oro (Reino de España).
Fuente: Archivo Catedral Primada de Toledo
Ilustración 13. Retrato del cardenal y arzobispo de Toledo D. Luis María de Borbón y Vallabriga XIV conde de Chinchón y marques de San Martín de la Vega ubicado en la Sala Capitular de la Catedral Primada de Toledo. Con sus atributos de Cardenal y arzobispo mitrado, con cruz pectoral y Cruz Patriarcal también denominada cruz arzobispal. En su Escudo de armas se pueden apreciar los distintivos con los que fue distinguido durante su vida: Orden del Toisón de Oro, Gran Cruz de la Distinguida Orden de Carlos III, Orden de Isabel la Católica, estas pertenecientes al Reino de España y también las Ordenes italianas como San Jenaro y San Fernando de Nápoles
Fuente: Archivo Catedral Primada de Toledo
Ha sido costumbre otorgar este tipo de órdenes, bien al nacer o a lo largo de la niñez, a quienes les correspondía por su condición de Infantes al igual que las otras correspondientes a la corona como eran la Orden de San Genaro y el Cordón Bleau del Espíritu Santo. En sus publicaciones el profesor Francisco Olmos recalca que:
"Era la primera vez que un eclesiástico era caballero del Toisón, y aunque fuera Infante no había precedentes, recordemos el comentado caso del Cardenal Infante don Fernando, hijo de Felipe III. Pinedo intenta explicar esta anomalía, diciendo que desde 1735 estuvo usando la insignia del Toisón sin que coste que existiera Breve Pontificio que le dispensase del cumplimiento de lo establecido en los Estatutos". (2020:210).
Al igual que pasará en los escudos del Emperador, el del Cardenal don Luis de Borbón y Farnesio, luce en la fachada del Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares todos sus atributos heráldicos y premiales primando la voluntad regia sobre los Estatutos como lo demuestra el expediente de concesión de la Orden del Toisón de Oro al Cardenal Luis de Borbón y Vallabriga, arzobispo de Toledo. (AHN, Estado 7682, Exp.36 y AHN Estado, 7670, Exp. 34).
Ilustración 12 Retrato del cardenal y arzobispo de Toledo D. Pedro Segura Sáenz ubicado en la Sala Capitular de la Catedral Primada de Toledo. Con sus atributos de Cardenal y arzobispo mitrado, con cruz pectoral, anillo y Cruz Patriarcal también denominada cruz arzobispal. En su escudo de armas se puede apreciar el collar de la Orden del Toisón de Oro.
Fuente: Archivo Catedral Primada de Toledo
Si nos fijamos bien cuando paseamos por la Sala Capitular de la Catedral Primada de Toledo, y nos paramos delante del retrato del Cardenal D. Pedro Segura y Sáenz, podemos observar cómo se despliega el Toisón de Oro en su heráldica. Según destaca Francisco Olmos, podríamos estar ante un error y omisión de Falerística[7] en dicho retrato. En las diferentes búsquedas de información y solicitud de apoyo al Archivo Diocesano de Toledo, en primer lugar y tras realizar las oportunas búsquedas en la base de datos del archivo, no aparece ninguna referencia a la imposición del Toisón de Oro al cardenal Pedro Segura.
Por otro lado, hemos realizado una búsqueda en los boletines eclesiásticos de Toledo de los años correspondientes a su pontificado y en ninguno de ellos se incluye ninguna alusión al Toisón. Siguiendo el rastro documental del mismo, esta vez en el Archivo Histórico y Biblioteca Diocesana de Asidonia-Jerez, se puede encontrar el archivo del Cardenal D. Pedro Segura, así como sus enseres y otras posesiones que fueron depositadas en el Obispado de Jerez. Tras la revisión del catálogo del archivo del cardenal Segura que se conserva en los fondos de este no se encuentra tampoco referencia al Toisón de Oro.
La única referencia de calado y concesión de honor aparece en la Gaceta de Madrid del 25 de marzo del 1928, donde en el parte oficial se anuncia que por Real Decreto se concede el Collar de la Real y Distinguida Orden de Carlos III a D. Pedro Segura y Sáez, Cardenal arzobispo de Toledo, nombrándolo Gran Canciller de esta. El día de Navidad recibió de Alfonso XIII la birreta cardenalicia y un mes después entraba solemnemente en la sede primada de España (1927-1931). En 1930 convocó un concilio provincial que se clausuró con la presencia del Rey, que le consideraba como amigo personal. Cuando el 14 de abril de 1931 quedó proclamada la Segunda República fue llamado a Roma y allí quedó un largo tiempo.
Ilustración 13. Imagen de la Gaceta de Madrid comunicando el R.D. por el cual se le concedía por parte de S.M. El Rey Alfonso XIII la Gran Cruz de la Distinguida Orden de Carlos III y el Gran Priorato de esta al cardenal arzobispo de Toledo D. Pedro Segura Sáenz por la gracia de S.M.
Fuente: Boletín Oficial del Estado (Gaceta de Madrid)
Segura defendió abiertamente a la Monarquía y al Rey en una pastoral que fue calificada como provocadora por las nuevas autoridades republicanas, ya que tanto la Santa Sede como la jerarquía y los católicos en general acataron inmediatamente el nuevo régimen, que se consolidó tras el exilio del Rey y fue incorporado a la curia pontificia, donde permaneció hasta el año 1937 que tomó posesión en la archidiócesis de Sevilla. Por lo tanto, de este estudio podemos entender que jamás le fue concedida la gracia del Toisón de Oro ya que de ser así habría referencias en su archivo personal, crónicas y publicaciones que dejarán constancia de tal hecho relevante. Sin una noticia concreta de concesión no tiene valor como fuente principal y tampoco se encuentra respaldado jurídicamente por el Estado ni la institución monárquica de la época, como si se hace con la concesión de gracia del Collar de la Real y Distinguida Orden de Carlos III.
Ilustración 14. Imagen extraída del vídeo oficial de promoción del Concierto de la Novena Sinfonía de Beethoven que se realizó El 28 de marzo del año 2015 con motivo de los 200 años después de la publicación de la Segunda Parte de El Quijote en la Catedral de Toledo.
Fuente: Foto captura vídeo oficial JCCM
Ilustración 15. La obra muestra la Apoteosis de la Virgen María, madre de Jesucristo, y a sus pies aparecen el rey Felipe IV de España y Mariana de Austria junto al futuro Carlos II, rodeados por el cardenal Pascual de Aragón, una dama de la Reina y las cuatro partes del mundo. Óleo sobre cobre donde S.M. el Rey aparece con Toisón de Oro prendido al pecho. En la actualidad se encuentra situado en el camarín de la Virgen del Sagrario.
Fuente: Archivo Catedral Primada de Toledo
En la publicación Cuadernos del Arte de la Universidad de Granada (1938) se indica que en la Santa Catedral Primada se conservaba un Toisón de Oro con cadena de diamantes que perteneció a Carlos II y este regaló para la Custodia. En 1936, fue incautado como recoge Juan Francisco Rivera en su trabajo "Despojo marxista de la Catedral de Toledo. Tesoros artísticos desaparecidos". (1938;85-175)
Lo que sí sabemos es que muchos son los signos que nos indican el peso del vellocino en la Ciudad Imperial. Otra muestra la encontramos en el gran coronamiento de la reja del altar mayor donde se centra el gran escudo de Carlos V, rodeado del Toisón, entre multitud de cintas, columnas, figuras y sobre él, el crucifijo gótico del XIV.
A la derecha del presbiterio hay un arco de medio punto adornado con decoración renacentista que se extiende hacia los lados de 1534. El inventario Artístico de Toledo nos señala que:
“Es la entrada a la sacristía y está cerrada por una puerta de dos hojas de madera de palosanto, dividida en recuadros con diversos motivos geométricos a base de cuarterones. Las partes altas llevan tallado un escudo real con collar del toisón. La obra fue realizada por Ventura Montero en 1780. El solado es de mármol”. (Ministerio de Cultura, Madrid:1989)
Asimismo, se cuenta con retratos de reyes, príncipes y eclesiásticos de un valor incalculable entre los que destacan visualmente las condecoraciones de más alto rango del momento. La más visible prende del cuello del caballero con forma de venera y de lazo para la dama y consta del vellocino de oro, el pedernal flamígero y el eslabón. Otro elemento de incalculable valor histórico es la Apoteosis de la Virgen con Felipe IV, Mariana de Austria, el príncipe Carlos y Pascual de Aragón, óleo sobre cobre donde S.M. el Rey aparece con Toisón de Oro prendido al pecho.
Por lo tanto, la Orden del vellocino es introducida en España a través del matrimonio entre Juana I de Castilla y Felipe el Hermoso, Archiduque de Austria. Una Orden creada en Borgoña para que su ducado ejerciera el poder geoestratégico del momento, ya que la corte de Borgoña nunca fue una primera potencia política o militar de la época, pero sí fue la más influyente en ceremonial y etiqueta. Pretendía superar en fastos a otras cortes europeas y contrarrestar su escaso poder político-militar rodeando al soberano de un ritual que afirmase su superioridad sobre sus súbditos.
3. CONCLUSIONES
Podemos obtener las siguientes conclusiones:
Con relación a nuestra hipótesis inicial sobre la imagen que proyecta la Monarquía con la presencia de la Heráldica de los Habsburgo en los edificios notables de la ciudad de Toledo, se puede concluir que el mayor símbolo de ostentación de poder del momento es el Toisón de Oro.
Con el estudio de este artículo, podemos ver que la necesidad de dejar patente el poder de un linaje llevó a la corona a un alarde propagandístico de signos y símbolos destacando sobre todos ellos, el Toisón de Oro. La importancia de perpetuar el legado de una dinastía extranjera que se situaba en Castilla a través de los derechos sucesorios de Juana I, hija de los Reyes Católicos y esposa de Felipe el Hermoso, que hizo que la representación de la Majestad Imperial se trasladase a la arquitectura y las artes de la época bajo la representación de la Orden del Toisón de Oro.
Asimismo, estos símbolos de la dinastía de los Habsburgo tan presentes en la ciudad de Toledo, no solo han contribuido a embellecerla artística y arquitectónicamente, sino que también han contribuido a dotarla de unas características propias y diferenciales con respecto a otras ciudades y capitales europeas. De esta manera, el legado transmitido a través de los símbolos de la Orden del Toisón de Oro, representados por el vellocino de oro o carnero, van más allá del simple valor artístico en unos pocos edificios emblemáticos, ya que imbuyen a toda la ciudad de un valor distintivo que la dota de una identidad única.
El uso o etiqueta de Borgoña se complementa de manera esencial con el nacimiento de la Orden del Toisón de Oro, que representó un elemento básico en la proyección del poder en la Corte de Carlos I, la más influyente de la época entre todas las monarquías europeas. Por otra parte, estos elementos simbólicos y ceremoniales contribuirán a rodear y reafirmar la autoridad y superioridad del monarca cumpliendo de paso con la función de afianzar a nivel europeo el poder político-militar de su reinado.
En
último lugar, y tal y como se establecía en uno de nuestros objetivos, se ha podido observar cómo en ocasiones se da la paradoja del uso
de retratos adornados con dicha simbología sin documentos que lo acrediten, ni
referencia alguna en los archivos personales o estatales. En concreto, encontramos
el retrato del Cardenal D. Pedro Segura y Sáenz, que incluyó el Toisón de Oro
en su heráldica sin que el uso de esta gran condecoración estuviera refrendado
por ninguna referencia legal o de otro tipo. Esta falta supone un error u
omisión de Falerística que abre la posibilidad de nuevos análisis y futuras
líneas de investigación.
4. BIBLIOGRAFÍA
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[1] Grado en Protocolo y Organización de Eventos por la Universidad Camilo José Cela. Máster en Dirección, producción y organización de Eventos por la Universidad Camilo José Cela. Experto en Heráldica General Militar, uniformo logia y vexilología. Experto en Protocolo y Ceremonial de Estado y en Comunicación Institucional y corporativa. Docente e investigador.
[2] Profesor titular en la Facultad de CC. Sociales y de la Comunicación de la Universidad Católica S. Antonio de Murcia. Jefe de protocolo de la Universidad Católica San Antonio 1999-2007. Director de la Escuela Superior de Protocolo y Relaciones Institucionales de la Universidad Católica San Antonio de Murcia y del Master Oficial en Protocolo y Consultoría de Imagen (desde octubre de 2005 a la actualidad). Autor de más de 30 publicaciones entre artículos científicos, capítulos de libro y un monográfico. Miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Investigadores en Relaciones Públicas AIRP (desde 2014 hasta ahora), Vicepresidente de la Asociación de Relaciones Públicas y Protocolo de Andalucía, ARPA durante 4 años, Secretario General de la Organización Internacional de Protocolo, OICP.(2011-dic. 2013) y Miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española de Investigadores en Protocolo Universitario (AEIPU), 2004-07.
[3] Ayuntamiento de Toledo, “Comunicado de prensa” Toledo recibió 47.283 viajeros en el mes de julio, un 2,24% más que el año anterior. (disponible en https://acortar.link/5rux9y ; última consulta 9/12/2024)
[4] ACT - X.7.A.1.1 (Original)
[5] Nos referimos a la obra El Vellocino de Oro. comedia mitológica estrenada el 17 de mayo del año 1622 en una fiesta palaciega celebrada en el jardín de los Negros, en Aranjuez, con motivo de la festividad del diecisiete cumpleaños de Felipe IV. Botello, J. (2014), p. 161.
[6] El códice perteneció a la emperatriz Eugenia de Montijo, de quién lleva el exlibris, esposa del emperador Napoleón III. Ella fue quién lo dono al Instituto Valencia de Don Juan en septiembre del año 1918. La procedencia y del porque solo se sabe que ella era depositaria de este, quizá fue heredado por parte de la familia de Napoleón. (Vid. Gregorio de ANDRÉS. El espléndido códice de la Orden del Toisón de Oro del Instituto de Valencia de Don Juan (Madrid). OP. Cit., p. 502).
[7] La Falerística es una rama de la numismática, por lo cual se considera una ciencia auxiliar de la Historia, que ocupa su estudio en las condecoraciones.