Ceremonias y redes sociales: Estrategias de comunicación digital de la Casa Real británica durante los funerales de Estado de Isabel II

Ceremonies and social media: Digital communication strategies of the British Royal Household during the State funeral of Elizabeth II

 

Ricardo Domínguez-García

Universidad de Sevilla

rdominguez1@us.es

 

Recepción:30/10/2023 Revisión: 18/03/2024 Aceptación: 12/04/2024 Publicación: 21/06/2024

 

DOI: https://doi.org/10.5944/eeii.vol.11.n.20.2024.38743

 

Resumen

Tras 60 años en el trono, el 8 de septiembre de 2022, falleció la reina Isabel II, jefa de Estado del Reino Unido y de otros 14 países. La muerte de esta figura clave en la Historia contemporánea se convirtió en una noticia de alcance mundial y en todo un fenómeno comunicativo. Desde hacía años, la denominada Operación Puente de Londres recogía con todo tipo de detalles los ceremoniales y el proceso burocrático que seguirían al fallecimiento de la monarca. Con esta investigación se pretende, además de estudiar las exequias de la reina Isabel II, la gestión de la comunicación digital desarrollada por parte de la Casa Real británica. En este sentido, se analizan los 200 mensajes publicados en las cuentas oficiales de esta institución en Twitter, Facebook, Instagram y YouTube, desde el fallecimiento de la monarca (08-09-2022) hasta su entierro (19-09-2022). Los resultados apuntan a una clara planificación de la comunicación online, centrada en glosar la figura de la reina y dando a conocer todo tipo de detalles en torno a las capillas ardientes o los funerales. Otro de los hallazgos de este trabajo es la respuesta tan alta de las audiencias digitales ante estas publicaciones. Por el contrario, se ha observado un foco mucho menor de la Casa Real británica en las cuestiones relacionadas con la proclamación de Carlos III, así como una viralización más reducida entre los usuarios.

Palabras claves: comunicación política, redes sociales, Isabel II, funerales, Casa Real

 

Abstract

After 60 years on the throne, on September 8, 2022, Queen Elizabeth II, head of state of the United Kingdom and 14 other countries, died. The death of this key figure in contemporary history became global news and a communication phenomenon. For years, the so-called Operation London Bridge had collected in all kinds of details the ceremonies and bureaucratic apparatus that would follow the death of the monarch. This research aims, in addition to studying the funeral of Queen Elizabeth II, to manage the digital communication developed by the British Royal House. In this sense, the 200 messages published on the official accounts of this institution on Twitter, Facebook, Instagram and YouTube are analyzed, from the death of the monarch (09-08-2022) to her burial (09-19-2022). The results point to a clear planning of online communication, focused on glossing the figure of the queen and disclosing all kinds of details about her funeral chapels and funerals. Another of the findings of this work is the high response of digital audiences to these publications. On the other hand, much less focus has been observed from the British Royal House on issues related to the proclamation of Charles III, as well as much less dissemination among users.

Keywords: political communication, social networks, Elizabeth II, funerals, Royal Household

 

Sumario

1. Introducción

2. Funerales de Estado por el fallecimiento de Isabel II

3. Metodología

4. Análisis de resultados

5. Discusión y conclusiones

6. Bibliografía

 

1. INTRODUCCIÓN

El 8 de septiembre de 2022, falleció a los 96 años la reina Isabel II en el castillo de Balmoral. Tras sesenta años en el trono, el reinado de Isabel II, el más longevo de la historia británica y el segundo del mundo tras Luis XIV de Francia, había marcado la vida de varias generaciones de británicos que solo habían vivido bajo una sola monarca. Además, Isabel II también era jefa de Estado de otros 14 países, entre ellos Canadá o Australia. Como se expondrá en esta investigación, el fallecimiento de Isabel II tuvo un impacto mundial, convirtiéndose en una de las noticias más relevantes de los últimos años.

Bajo el nombre de Operación Puente de Londres (Operation London Bridge) se llevaban planificando desde hacía años todos los actos ceremoniales y burocráticos en torno al fallecimiento y funeral de la soberana (KNIGHT, 2017). A pesar de que pudiera parecer a priori algo casi secreto, este proyecto se conocía públicamente con todo lujo de detalles y se sabía que era actualizado todos los años. Dentro de este operativo se incluía minuciosamente toda la planificación del anuncio del fallecimiento, el período de luto oficial y los pasos a seguir en los siguientes diez días posteriores al deceso de la monarca hasta el funeral de Estado que se celebraría en la Abadía de Westminster.

Todas estas ceremonias y rituales por el fallecimiento de la reina vienen a reforzar la teoría de que, a lo largo de toda la historia, la muerte, el sufrimiento y el dolor son cuestiones que siempre han marcado al ser humano (ENCINAS, 2009). Sin embargo, también demuestran que en cada cultura o momento histórico se ha vivido o asumido la realidad de la muerte de manera diferente (OVIEDO, PARRA y MARQUINA, 2009). En este sentido, los funerales de Estado son ceremonias oficiales, de carácter público, que sirven para honrar una personalidad de gran relevancia que ha fallecido recientemente, o a personas anónimas muertas en eventos trágicos, y que permiten escenificar el luto colectivo y el pesar de un país (DOMÍNGUEZ-GARCÍA y PÉREZ-CURIEL, 2022).

En una sociedad marcada por la globalización, la inmediatez en la comunicación y la mediatización de las imágenes (GUBERN, 2014), hay quienes pueden cuestionar la vigencia de las ceremonias y los símbolos en la esfera política moderna. Sin embargo, la aparición de los medios de comunicación de masas ha proporcionado una mayor visibilidad a los actos oficiales (THOMPSON, 2005), permitiendo que la ciudadanía participe en directo como un invitado más (LAFORET, 2001) y convirtiéndose en una prioridad de cualquier institución pública (VIOUNNIKOFF-BENET, 2018).

La realidad es que las ceremonias, símbolos y rituales son consustanciales al poder político (DOMÍNGUEZ-GARCÍA, 2020), ya que influyen directamente en la imagen que la ciudadanía tiene sobre sus líderes e instituciones públicas (OTERO, 2011). En la actualidad, las instituciones políticas siguen utilizando estos mecanismos para reforzar su legitimidad (KERTZER, 1988), cohesionar a la sociedad (ABÉLÈS, 1988) y moldear la percepción de la ciudadanía mediante la escenificación (BALANDIER, 1994) y la espectacularización del poder.

A pesar de que los estudios sobre comunicación política tienden a centrarse más en la faceta discursiva de los actos políticos, considerando como un tema secundario las estrategias con las que se escenifican dichos mensajes (DOMÍNGUEZ-GARCÍA et al., 2022), este trabajo busca analizar el potencial comunicativo que siguen teniendo actualmente las ceremonias y los rituales. Un ejemplo este impacto es el hecho de que la Casa Real británica utilizara las nuevas plataformas sociales para anunciar el fallecimiento de la reina Isabel II, evidenciando un cambio en su forma de comunicar. En esta línea, la presente investigación tiene como objetivo principal analizar las estrategias de comunicación digital empleadas por la Casa Real británica durante el fallecimiento y los funerales de Isabel II.

 

2. LAS CEREMONIAS EN EL CONTEXTO DE LA COMUNICACIÓN DIGITAL

Desde tiempos inmemoriales, las ceremonias han servido como vehículo para fortalecer vínculos sociales (DUVIGNAUD, 1999), para transmitir valores culturales (DJUKICH, 2023) y consolidar identidades colectivas (BROWNELL, 2015), elementos básicos para crear un sentimiento de pertenencia nacional (HALL, 1992). Desde el punto de vista comunicativo, el protocolo y el ceremonial han desempeñado un papel crucial, proporcionando un marco formal para eventos de gran relevancia social o megaeventos (ROCHE, 2008). Con el paso del tiempo, estas prácticas se han vuelto esenciales en las estrategias de comunicación institucional (PULIDO-POLO ET AL., 2021), dando forma y ordenando el comportamiento, los gestos y las interacciones dentro de eventos de gran importancia, como los funerales de Estado.

Ambas prácticas tienen como propósito mantener el orden, la solemnidad y el respeto hacia las instituciones y sus protagonistas. En este sentido, el protocolo se encarga de definir quién debe hacer qué, cuándo y cómo, todo ello basado en un orden jerárquico establecido por norma o por costumbre (HERNÁNDEZ, 2007). Por su parte, el ceremonial se ocupa de la puesta en escena de estos protocolos, garantizando la transmisión de la dignidad y el simbolismo propios de actos oficiales o de aquellos eventos organizados por empresas o entidades privadas pero que tienen una gran trascendencia pública (MARÍN CALAHORRO, 1997).

Dicho de otro modo, el protocolo establece las reglas y convenciones que regulan el comportamiento y la interacción en determinados contextos específicos (SÁNCHEZ-GONZALEZ, 2022), mientras que el ceremonial abarca todas las acciones que se llevan a cabo de acuerdo con esas reglas (PULIDO, 2006). Ambos elementos se combinan para crear experiencias emotivas que trascienden lo meramente funcional (LISÓN, 1991), dotando de significado y solemnidad a determinados eventos. Todo ello, aplicado al ámbito de la comunicación institucional, permite proyectar una imagen pública (CASAL, 2013), consolidar la identidad organizacional (OTERO, 2011) y transmitir mensajes simbólicos (XIFRA, 2011). Desde la riqueza ritual de las coronaciones reales hasta la sobriedad de los funerales de Estado, esta comunicación ceremonial ofrece una oportunidad única para reafirmar valores y jerarquías, a la vez que genera un sentido de pertenencia social (DOMÍNGUEZ-GARCÍA, 2021).

No obstante, en el siglo XXI, la irrupción de Internet y las redes sociales se ha traducido en un cambio drástico en las dinámicas comunicativas (ORIHUELA, 2002), transformando la manera en que las instituciones se comunican con sus audiencias (MCGRAVEY, 2020). La democratización del acceso a la información (FERDINAND, 2013), los cambios en el consumo mediático (VACCARI ET AL., 2015) y el aumento de la participación de la ciudadanía en el debate público (EFFING ET AL., 2011) suponen un claro desafío para el protocolo y el ceremonial. En este contexto de cambio acelerado y de constante evolución, las instituciones públicas se enfrentan al reto de adaptar sus estrategias de comunicación a un entorno digital en constante evolución (VERHOEVEN ET AL., 2012).

Una de las principales consecuencias de esta revolución digital es que las ceremonias ya no se limitan a una interacción presencial, sino que se desarrollan en un escenario virtual, donde la audiencia es potencialmente global y el público puede participar de manera instantánea (JACOBSON, 2016). El uso estratégico de las redes sociales permite a gobiernos e instituciones amplificar el alcance de sus eventos ceremoniales, convirtiéndolos en experiencias participativas y compartidas en tiempo real. Plataformas sociales como Twitter, Facebook o Instagram se han convertido en canales que permiten difundir información oficial, compartir contenidos audiovisuales específicos, y también fomentar la participación de la audiencia a través de hashtags y comentarios (WATERS Y JAMAL, 2011). De este modo, en los eventos ceremoniales de impacto global, como los funerales de Estado de Isabel II, estas plataformas se convierten en canales clave para la difusión de información y la participación del público.

Por otro lado, a pesar de que las retransmisiones en directo a través de las cadenas de televisión ya habían revolucionado los actos oficiales, la transmisión en vivo a través de plataformas de streaming como YouTube ha democratizado más aún el acceso a eventos que en su origen estaban reservados a una audiencia selecta. Un claro ejemplo de ello es la retransmisión en directo de los funerales de Estado de Isabel II que ha permitido que millones de personas en todo el mundo fueran testigos de este evento histórico.

No obstante, el potencial comunicativo de las redes sociales no se limita a la difusión directa de contenidos relacionados con la ceremonia, instituciones y líderes tienen en su mano aprovechar el potencial que estas tienen a la hora de humanizar su imagen y de conectar de manera más cercana con el público (SELVA Y CARO, 2017). De este modo, publicaciones que muestran momentos íntimos y emotivos, mensajes de agradecimiento o de condolencia, así como testimonios personales permiten establecer una relación más cercana y empática con las audiencias, superando las tradicionales limitaciones institucionales y protocolarias.

A pesar de todo ello, el uso de las redes sociales e internet en eventos ceremoniales también plantea desafíos. La gestión de la narrativa y la respuesta de las audiencias digitales, sumadas al riesgo de que el uso excesivo de las redes sociales pueda trivializar las ceremonias, son aspectos críticos para estas novedosas estrategias de comunicación. Por tanto, es importante encontrar un equilibrio entre la tradición y la innovación, garantizando que la solemnidad y el significado de los eventos ceremoniales sean compatibles con las dinámicas comunicativas propias del entorno digital.

 

3. CEREMONIAS Y FUNERALES DE ESTADO POR EL FALLECIMIENTO DE ISABEL II

Al mediodía del jueves 8 de septiembre de 2022, la Casa Real británica hizo público el delicado estado de salud de la reina e informó de que los principales miembros de la familia real viajaban a Balmoral para acompañarla en sus últimas horas de vida. En previsión del fallecimiento, el cambio de guardia en el Palacio de Buckingham fue anulado y la cadena pública británica BBC cortó sus emisiones, centrando toda su programación en el delicado estado de salud de la reina y con sus principales presentadores de luto (UBERMAN, 2023).

Según el certificado de defunción, Isabel II falleció a las 15:10 a causa de su avanzada edad. A partir de ahí, el operativo y ceremonial se activó a las 16:30 con una llamada mediante línea segura entre el secretario privado de la reina y la primera ministra, pronunciando la frase en clave ‘London Bridge is down’. Se trata de un complejo sistema de actos burocráticos y ceremoniales planeados al milímetro y revisados anualmente (KNIGHT, 2017). No obstante, al haber fallecido en Escocia, la Operación Puente de Londres se inició con una primera parte adicional, denominada Operación Unicornio.

Dos horas después, el anuncio del fallecimiento se hizo oficial, incluso antes que en la televisión pública BBC, a través de las redes sociales de la Casa Real británica (THEIL, 2022), mediante un escueto mensaje en el que se informaba de que “la Reina murió pacíficamente en Balmoral esta tarde” y que “el Rey y la Reina Consorte permanecerán en Balmoral esta noche y regresarán a Londres mañana”. Inmediatamente, la bandera del Reino Unido fue izada a media asta en todos los edificios institucionales. Sin embargo, debido a que el nuevo monarca se encontraba en el Castillo de Balmoral cuando se convirtió en rey, el estandarte real del Reino Unido se bajó y se volvió a izar en este castillo.

Figura 1. Anuncio en Instagram del fallecimiento de la reina Isabel II

Interfaz de usuario gráfica

Descripción generada automáticamente

Fuente: The Royal Family (08/09/2022) https://www.instagram.com/p/CiQRGH8syK5/

 

Poco después, la primera ministra Liz Truss, vestida de luto, hizo una declaración pública a la entrada de número 10 de Downing Street rememorando a la reina y mostrando su lealtad al nuevo rey. En la mañana del día siguiente, las campanas de las iglesias de Reino Unido doblaron a duelo y se dispararon salvas de cañón en lugares emblemáticos como Hyde Park, la Torre de Londres, o los castillos de Edimburgo, Cardiff o Belfast (SHARP y PATEL-CARSTAIRS, 2022). Esa mañana, el Parlamento británico se reunió para que los diputados y lores pudieran rendir un homenaje a la reina.

Por su parte, el rey Carlos III viajó, acompañado por la reina Camila, hasta el Palacio de Buckingham, donde mantuvo audiencias con la primera ministra Liz Truss y con el duque de Norfolk, el noble encargado de organizar el ceremonial del funeral, ascensión y coronación de los monarcas (BERGEN, 2023). Por la tarde, se digirió a la nación, por primera vez como rey, en un mensaje televisado para rendir homenaje a su madre y marcar sus prioridades como monarca. A esa misma hora, comenzó una misa en la Catedral de San Pablo de Londres, que congregó a unos 2.000 asistentes, incluidas las más altas autoridades del país.

La segunda jornada estuvo dedicada a la proclamación del nuevo monarca. Aunque Carlos III era rey de Reino Unido desde el momento en que falleció su madre, fue reconocido formalmente por el Consejo de Ascensión en un acto celebrado en la mañana de sábado 10, en el palacio de St. James y que reunió a unos 200 miembros del Consejo Privado (ROYAL HOUSEHOLD, 2022). Poco después, las banderas que estaban a media asta se izaron de nuevo para celebrar al nuevo rey y se hizo la primera proclamación pública del nuevo monarca desde el balcón del Palacio de St. James. Mientras todo esto se producía, los principales diputados y lores juraban lealtad al rey en una sesión especial.

Al día siguiente, el ataúd de la reina Isabel II, cubierto con la versión escocesa del estandarte real, fue trasladado desde Balmoral hasta el Palacio de Holyrood en Edimburgo con un recorrido de casi 300 kilómetros y cinco horas. Durante ese día, Carlos III recibió a diferentes mandatarios de la Commonwealth y en Edimburgo (Escocia), Cardiff (Gales) y Belfast (Irlanda del Norte) se celebraron las ceremonias de proclamación del nuevo monarca.

A primera hora de la mañana del lunes 12, el rey se reunió con los comunes y los lores en un gran acto celebrado en Westminster Hall, la dependencia más solemne de las Casas del Parlamento de Londres, en el que éstos le expresaron su lealtad y sus condolencias y él respondió con un discurso (UK PARLIAMENT, 2022). Posteriormente, se desplazó hasta Edimburgo y recibió las llaves de la ciudad en el palacio de Holyrood, residencia del monarca en Escocia. A las 14:30, el cuerpo de la reina fue trasladado en una procesión solemne hasta la Catedral de St. Giles, acto en el que participó el rey Carlos III, así como otros miembros de la familia real. Una vez allí, se colocó sobre el féretro la corona de Escocia y tuvo lugar un servicio religioso en honor a la monarca fallecida. Posteriormente, se instaló la capilla ardiente en la que se estima que 33.000 escoceses se despidieron de la soberana (KIRBY Y DICKINSON, 2022).

Al día siguiente, el rey Carlos se trasladó a Irlanda del Norte y recibió en el castillo de Hillsborough las condolencias y el pésame del secretario de Estado de Irlanda del Norte, así como del portavoz de la Asamblea. Mientras tanto, el féretro de la monarca abandonó Edimburgo y viajó en un avión del Ejército del Aire hasta el aeródromo de Northolt, en el oeste de Londres. Una vez allí, fue trasladado en coche hasta el palacio de Buckingham, donde sería recibido por el rey y otros miembros de la familia real.

En la tarde del 14 de septiembre, tuvo lugar la procesión que trasladó los restos de la monarca desde el Palacio de Buckingham hasta el de Westminster en una ruta que congregó a decenas de miles de personas. El ataúd, cubierto con el estandarte real, el cetro, el orbe y la corona de Estado Imperial, se colocó en un armón de la Artillería Real y fue escoltado por una guardia de honor y seguido de los hijos y nietos de la monarca.

Durante los siguientes cuatro días, la reina fue velada interrumpidamente desde las 17:00 del miércoles 14 hasta las 6:30 del lunes 19. A lo largo de esas jornadas más de un millón de personas presentaron sus respetos a la monarca, llegándose a producir colas que sobrepasaron las 25 horas y los 16 kilómetros de espera (TURNER, 2022). Mientras tanto, el 16 de septiembre, los reyes visitaron Cardiff, en Gales, donde asistieron a un servicio religioso en honor a Isabel II y participaron en una sesión extraordinaria del Parlamento galés. Además, durante esos días el rey recibió a diferentes dignatarios y personalidades en el Palacio de Buckingham.

Los funerales por la reina Isabel II tuvieron lugar en la mañana del lunes 19 de septiembre, jornada que había sido proclamada como día nacional de luto y declarada festiva en todo Reino Unido. El ceremonial comenzó con una procesión hasta la Abadía de Westminster en la que el féretro fue traslado en un armón real utilizado para los funerales de los monarcas británicos desde la reina Victoria, empujado por 142 miembros de la marina, escoltado por cientos de soldados y seguido de los miembros de la familia real (DUGGAN, 2022). Al funeral de Estado acudieron unas 2.000 personas, entre las que se incluían cientos de representantes de casas reales y jefes de Estado de todo el mundo. Este servicio religioso anglicano terminó con el himno nacional y un silencio de dos minutos guardados en la abadía y en todo el país. Se calcula que la ceremonia tuvo una audiencia de 29 millones de personas en el Reino Unido (WATERSON Y THOMAS, 2022) y fue retransmitida por televisiones de todo el mundo.

Al terminar, los restos de la monarca fueron llevados de nuevo en procesión hasta el Arco de Wellington, donde se transfirieron a un coche que los trasladarían hasta la capilla de San Jorge, situada en el castillo de Windsor. Allí, se celebró un segundo servicio religioso al que asistieron unas 800 personas. Al finalizar esta ceremonia, la corona, el orbe y el cetro fueron retirados del féretro y colocados en el altar; el rey Carlos III puso la bandera de la Compañía de la Reina sobre éste y el lord Chamberlain rompió su vara e hizo lo mismo. A medida que el ataúd descendía a la cripta Real, el rey de armas declamó los títulos de la reina y el gaitero oficial interpretó una pieza de lamento. Finalmente, a última hora de la tarde se celebró un tercer servicio religioso reservado para la familia y la reina fue enterrada junto su esposo en la Capilla Memorial del Rey Jorge VI (KONSTANTINIDES y VILLEGAS, 2022).

 

4. METODOLOGÍA

Una vez estudiado todo el proceso ceremonial y simbólico que se siguió en el Reino Unido y teniendo en cuenta que el objetivo principal de esta investigación es profundizar en las estrategias de comunicación desplegadas por la Casa Real británica en redes sociales tras el fallecimiento de la reina Isabel II, se opta por una metodología de análisis de contenido de tipo cuantitativo-cualitativo (KRIPPENDORFF, 2012; SILVERMAN, 2016). Este método permite profundizar en las características de la comunicación de la Casa Real británica durante estos acontecimientos y con garantiza la obtención de resultados sólidos y verificables. Con este objetivo, se opta por estudiar todos los mensajes publicados en las redes sociales oficiales de esta institución (Twitter, Facebook, Instagram y YouTube). El marco temporal de la investigación comienza con el fallecimiento de la monarca (08-09-2022) y concluye con su entierro (19-09-2022).

Teniendo todo esto en cuenta, el corpus de esta investigación queda constituido por 200 publicaciones, que son descargadas manualmente, y analizadas a partir de un manual de codificación compuesto por 13 variables y estructurado en tres grandes bloques. En un primer lugar, con el objetivo de profundizare en el contenido de los mensajes, se estudia el evento en el que se centra, la temática, así como en el personaje principal. De otra parte, se profundiza en el formato de los mismos, teniendo cuestiones como el contenido audiovisual, el uso de hashtag, las menciones o los emojis. Por último, la respuesta de las audiencias se mide gracias una fórmula de cálculo de viralizacion (PÉREZ-CURIEL, RIVAS-DE-ROCA y DOMÍNGUEZ-GARCÍA, 2022) que tiene en cuenta los retuits, los likes y las respuestas ((SUM retuits*2 + SUM likes+ SUM respuestas) / SUM tuits publicados).

Finalmente, los datos codificados son explotados mediante el software estadístico IBM SPSS Statistics, versión 29, lo que permite la obtención de tablas de cruces y de frecuencia sobre las que se basa el estudio de caso.

 

5. ANÁLISIS DE RESULTADOS

5.1 Estrategias de comunicación digital

Se comienza el análisis de la comunicación de la Casa Real británica tras el fallecimiento de la reina Isabel II con una aproximación a la muestra. En este sentido, cabe destacar que existe una clara mayoría de 172 publicaciones, que equivalen al 86% del total, que versan sobre los funerales de la monarca, mientras que una minoría de 28 mensajes (14%) se focaliza en la proclamación del nuevo rey Carlos III. Ahondando en la distribución temporal de las publicaciones, es reseñable la gran cantidad de mensajes que fueron emitidos el 19 de septiembre, día del entierro de la reina (19% del total), así como el 12, cuando el rey acudió al Parlamento británico y se instaló la primera capilla ardiente (10,5%), o el 10, fecha en la que fue proclamado el nuevo monarca (9%).

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 2. Distribución temporal de las publicaciones

Fuente: elaboración propia

 

En lo relativo a las redes sociales, los datos apuntan a un uso mayoritario de Twitter (46%), seguidos de Facebook (31,5%) y de Instagram (22%). Por el contrario, es llamativo el poco uso que esta institución hace de YouTube, localizándose un solo vídeo (0,5% del total). En esta línea, las métricas también demuestran un interés de la Casa Real británica por utilizar al máximo los recursos audiovisuales que ofrecen estas plataformas. Así, hay una mayoría de publicaciones apoyadas en vídeos (28%), carrusel de imágenes (27%) o fotografías individuales (24%), frente a una minoría de mensajes que solo contienen enlaces (17%) o solo texto (1,5%). Para terminar con los detalles formales, cabe señalar que en ningún caso se usó hashtag alguno o menciones y que en pocas ocasiones (2,5%) se incorporaron emojis a los mensajes.

Profundizando en cuestiones relativas al contenido de las publicaciones. Se debe destacar que el evento que mayor foco tuvo fueron las capillas ardientes (21,5%), seguidas del funeral (18,5%), la proclamación del nuevo rey (14%) o los homenajes a la reina Isabel II (13%). De este modo, las principales temáticas que prácticamente acapararon la comunicación fueron la glosa a la reina fallecida (44%) y el desarrollo ceremonial de los actos (40%). Por el contrario, fueron minorías aquellas centradas en explicar la simbología (6,5%) o los preparativos (3%). Además, conviene resaltar que la clara mayoría de las publicaciones se focalizaron en la reina fallecida (54%), duplicando los mensajes sobre el nuevo rey (25%). Además, se han localizado publicaciones sobre el príncipe o la princesa de Gales (2%), la princesa real (2%), la nueva reina consorte (1,5%), o los duques de Edimburgo (1,5%). También hay un número considerable de mensajes en el que aparecen diversos miembros de la familia real (12,5%).

 

Figura 3. Personaje principal en las publicaciones

Fuente: elaboración propia

 

5.2 Respuesta de las audiencias digitales

El análisis de la difusión de los mensajes publicados durante estos 11 días demuestra que fueron unos eventos de impacto mundial y de gran interés para la ciudadanía. En este sentido, se comprueba que los 200 mensajes recibieron más de 50 millones de me gusta, 2,4 compartidos y casi 750.000 respuestas. Esto se traduce en una media de 253.590 respuestas, 3.748 respuestas y 15.526 compartidos por cada publicación.

Además, los datos apuntan a un interés mucho mayor de la ciudadanía por los funerales de Isabel II, con una viralidad de 317.146, que quintuplica la de la proclamación de Carlos III, con 61.695. En cuanto a las redes sociales, se observa que la difusión que alcanzan los mensajes de Instagram (850.925) no tiene comparación Twitter (139.488) o Facebook (109.127). El caso del vídeo de YouTube es llamativo, ya que no alcanza los 8.500 likes.

 

 

 

 

 

 

Figura 4. Viralidad según red social

Fuente: elaboración propia

 

De otra parte, se ha comprobado que el evento que mayor viralidad alcanza es el anuncio del fallecimiento, con una difusión media de 2.894.302. En este sentido, hay que tener en cuenta que la publicación en la que se anunció la muerte de Isabel II alcanzó en Instagram tuvo 7.098.737 me gusta y 148.000 respuestas. Sin embargo, otros eventos como los funerales (212.242), las capillas ardientes (204.008) o los homenajes a la monarca (150.308) generaron un interés mucho menor entre las audiencias. Además, es muy llamativo el foco tan reducido que tuvo la proclamación de Carlos III (6.195). En línea con estos datos, también es reseñable que la temática que mayor interés genera entre la ciudadanía es la glosa a la reina fallecida (443.214), muy por delante de cuestiones ceremoniales (185.644), simbología (134.801) o los preparativos (52.855).

 

6. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

A lo largo de esta investigación se ha puesto en valor la importancia que las ceremonias y símbolos siguen teniendo en las sociedades modernas. En un mundo cada vez más interconectado, la capacidad de las instituciones para combinar el ceremonial tradicional con las prácticas de comunicación digital es fundamental para garantizar su relevancia social. En este sentido, la Casa Real británica ha mostrado su habilidad para adaptarse a los desafíos del siglo XXI, utilizando las herramientas digitales para conectar con una audiencia global en momentos de importancia histórica y emocional.

El fallecimiento de la reina Isabel II del Reino Unido, sus exequias y funerales son un claro ejemplo del potencial comunicativo que este tipo de eventos oficiales siguen teniendo hoy en día. Durante este proceso, la Casa Real británica ha sido un ejemplo notable de cómo las instituciones van incorporando de manera estratégica las redes sociales e internet en sus actos ceremoniales, dando a conocer todo tipo de detalles y difundiendo contenidos audiovisuales.

Gracias al análisis de contenido, se ha demostrado que la Casa Real británica ha implementado durante los funerales de Isabel II diversas estrategias de comunicación digital para mantener la conexión con el público y transmitir el mensaje de manera efectiva. Una de las tácticas más destacadas ha sido el uso de las redes sociales como plataformas de difusión de información, utilizando sus perfiles en Twitter, Facebook, Instagram y otras redes para compartir publicaciones en tiempo real sobre los eventos, ofreciendo detalles sobre el programa, la simbología o el ceremonial. Esto permitió que el público estuviera informado y conectado con estas ceremonias, incluso aunque no asistiera presencialmente. A través del estudio de las 200 publicaciones se comprueba que la institución monárquica adopta un estilo sobrio y se centra claramente en la figura de la monarca fallecida, dejando en segundo plano los actos protocolarios de proclamación del nuevo rey.

Además de proporcionar información, también utilizaron las redes sociales como herramientas para rendir homenaje y promover la participación del público, publicando mensajes de tributo a la difunta reina Isabel II, acompañados de imágenes y videos que destacaban su legado y su servicio. Estas publicaciones no solo permitieron que la Casa Real expresara su pesar, sino que también proporcionaron un espacio para que el público compartiese sus propios recuerdos y sentimientos hacia la monarca. Otra estrategia clave fue la transmisión en vivo de los eventos ceremoniales a través de plataformas como YouTube. Estas emisiones permitieron que aquellos que no pudieron asistir en persona pudieran participar y rendir homenaje a la reina Isabel II desde cualquier parte del mundo, generando una sensación de unidad y comunidad en torno a la conmemoración.

Además, el estudio de las respuestas de las audiencias digitales a los mensajes difundidos por la Casa Real británica demuestra que las redes sociales amplificaron el alcance de los actos oficiales, generando conversaciones y reflexiones en línea sobre el legado de la reina y el significado de los ceremoniales. Con una media de más de 250.000 respuestas, 3.700 respuestas y 15.000 compartidos por cada publicación, los funerales de Isabel II fueron unos eventos de impacto mundial y de un gran interés para la ciudadanía. En este sentido, también se ha observado un interés mucho mayor por los funerales de Isabel II, que quintuplicó el de la proclamación de Carlos III. Además, otro de los hallazgos es que estos mensajes tienen un impacto mucho mayor en Instagram, demostrando el potencial que tiene esta red social a la hora de llegar a la ciudadanía durante eventos institucionales mundiales. 

En resumen, esta investigación demuestra que las ceremonias y los rituales siguen siendo relevantes hoy en día. Los funerales de Isabel II ejemplifican cómo la Casa Real británica ha sabido adaptarse y aprovechar las oportunidades ofrecidas por el entorno digital con el objetivo de llegar a audiencias globales y generar conversaciones. En última instancia, se puede afirmar que la comunicación digital durante estos funerales de Estado sirvió como un puente entre los ceremoniales tradicionales y las nuevas formas de participación pública en la era digital.

No obstante, para obtener una visión completa global de las estrategias comunicativas de la Casa Real británica, también se debería tener en cuenta la información ofrecida por los medios de comunicación y la cobertura que estos ofrecieron de los funerales de Isabel II. De hecho, se trata de una de las limitaciones que ha tenido esta investigación y que puede ser objeto de futuras investigaciones. En este sentido, sería interesante ampliar el presente trabajo con el estudio de la cobertura informativa de medios británicos, especialmente de la BBC, o de todo el mundo.

 

7. BIBLIOGRAFÍA

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